El Observatorio Español del Cannabis Medicinal -una asociación sin ánimo de lucro formada por investigadores, médicos y asociaciones de pacientes, creada en 2015 con el objetivo de informar el debate sobre el cannabis medicinal- realizó una encuesta sobre los aceites de CBD comercializados en España a principios de este mes. Esto demostró que la composición de una gran mayoría de ellos no se corresponde con la dosis indicada en la etiqueta. El Observatorio recomienda que el gobierno regule el mercado del CBD en beneficio de los pacientes.
El estudio
El estudio de composición fue realizado de forma ciega por dos laboratorios independientes: la Unidad de Análisis de Medicamentos del Laboratorio de Salud Pública del Ayuntamiento de Madrid y el Laboratorio de la Fundación CANNA. Ambos estudiaron un lote de 15 de las marcas de CBD más vendidas y consumidas en España. Los resultados muestran que dos tercios de los aceites contenían niveles de CBD diferentes a los indicados en sus etiquetas. Sólo 5 de los 15 aceites tenían el contenido correcto: Cannamor 2,5%, Enecta 3%, Vitalhemp 2,5%, Endoca 3% y Sativida 4%.
El mercado español de CBD se ha desarrollado en un limbo legal y la falta de regulación impide que los pacientes tengan una garantía de control de calidad sobre los productos que compran. Por lo tanto, es más probable que sean víctimas de publicidad engañosa o de productores deshonestos. Afortunadamente, el estudio demostró que los peligros en términos de pesticidas y metales pesados son insignificantes, a pesar de una presencia mínima asociada al etiquetado «100% natural». Lo que inquieta al Observatorio es que los productos con CBD a veces sólo contienen la molécula en cantidades mínimas y, por tanto, son ineficaces, aunque la gente los utilice para tratarse.
El Observatorio pide a las marcas que comprueben las dosis y eviten presumir de propiedades terapéuticas que no han sido demostradas por la ciencia. Señala que los primeros perjudicados por esta situación son los pacientes que no tienen acceso a un producto fiable y pretende concienciar sobre la necesidad de regular este mercado: «Es conveniente poner en marcha un marco regulador ad hoc para evaluar adecuadamente la calidad y la seguridad de los aceites de CBD utilizados por los pacientes y controlar la producción, el procesamiento y la distribución de estos productos. Por ello, la OECM insiste en la «urgente necesidad de regular para evitar que se engañe a los pacientes».
El gobierno se niega a debatir
En su comunicado, la OECM subraya que son el PP y el PSOE, los dos partidos políticos tradicionales, los que bloquean y rechazan el debate en el Parlamento, mientras que Ciudadanos y Podemos piden legislar sobre el cannabis medicinal. De hecho, el gobierno socialista tiene posiciones mayoritariamente conservadoras en este tema. Por ejemplo, la nueva ministra de Sanidad, María Luisa Carcedo, ha dicho que el cannabis «no es un medicamento» y que «no tiene ningún valor terapéutico demostrado». El ministerio dijo que ya hay formas legales de tratarse con cannabis, citando ciertas leyes. En realidad, esto no cambia el hecho de que la producción de cannabis medicinal no está en absoluto regulada.
El Ministro de Sanidad, que se ha negado en repetidas ocasiones a reunirse con los representantes del Observatorio, también está preocupado por que la regulación del cannabis medicinal provoque un aumento del consumo de tabaco. A esto, el Observatorio respondió que «el cannabis medicinal no debe fumarse en ningún caso: se inhala con vaporizadores (…) se utiliza en extractos, cápsulas y cremas». «Además, fumar no tiene nada que ver con negar la atención, la calidad de vida y el bienestar a miles de personas que sufren y son víctimas del dolor y que ya utilizan el cannabis para tratarse», añadió el OECM.
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