La guerra oculta contra el cannabis: ¿se manipula a Francia para alimentar la prohibición?

En las últimas semanas ha resurgido el eterno debate sobre la legalización del cannabis, dando lugar a innumerables entrevistas y análisis.

Mientras que un creciente consenso entre los especialistas subraya la ineficacia de la prohibición, la opinión pública y política sigue muy dividida. El factor más importante para quienes se oponen a la legalización no es el impacto económico o la lucha contra el narcotráfico, sino la percepción de la peligrosidad del cannabis.

Pero, ¿y si esta percepción fuera fundamentalmente errónea, o incluso deliberadamente moldeada?

El vídeo «INVESTIGACIÓN: La otra guerra oculta del cannabis» del canal de YouTube «L’Argumentarium» examina lo que describe como una «guerra científico-política» que se libra entre bastidores, en la que se estaría «abusando especialmente» de la propia ciencia.

Aunque reconoce que el cannabis es efectivamente una sustancia psicotrópica peligrosa con efectos directos, en particular sobre los adolescentes, como problemas de memoria, ansiedad, depresión, dependencia y vínculos con la psicosis o la esquizofrenia, sobre todo en caso de consumo excesivo, así como riesgos cardiovasculares, pulmonares y cancerígenos debidos a la combustión, el vídeo pone de relieve una incoherencia importante.

Como explica el Argumentarium, sustancias como el alcohol y el tabaco, igualmente peligrosas -el alcohol causa 49.000 muertes al año en Francia y el tabaco 78.000, frente a unas 100 muertes relacionadas con el cannabis en 2022 (ninguna directamente por sobredosis)- siguen siendo perfectamente legales.

La pregunta es: ¿Es el cannabis realmente más peligroso que nuestras drogas legales??

Estudios en profundidad realizados durante décadas, sobre diversos indicadores como mortalidad, potencial de dependencia, neurotoxicidad, riesgos sociales y coste para la sociedad, sitúan sistemáticamente al cannabis en la parte baja o media de la clasificación de sustancias peligrosas, ocupando casi siempre el alcohol el primer lugar.

El vídeo revela que, a pesar de estos resultados, una encuesta de 2021 muestra que entre el 75% y el 90% de los franceses son conscientes de las consecuencias negativas del cannabis, pero un estudio de 2015 de Linermont indica una «percepción totalmente sesgada», ya que entre el 75% y el 85% de los encuestados creen que el cannabis es tan peligroso o incluso más que el alcohol y el tabaco.

Incluso en el mundo médico, una tesis del Dr Olivier Bertrand publicada en 2018 concluía que el cannabis sufría un «sesgo de percepción negativa totalmente sobreestimado» entre muchos médicos franceses. Esta sobreestimación del peligro es el principal motor de la oposición a la legalización.

Entonces, ¿de dónde viene este sesgo? El vídeo explora la oposición constante de instituciones como la prestigiosa Académie de Médecine, que publica regularmente declaraciones alarmantes contra la legalización, alegando graves problemas de salud pública.

Estos argumentos, aparentemente respaldados por estudios científicos, son esenciales para alimentar el discurso prohibicionista. El documental pone de relieve los incansables esfuerzos de figuras como el doctor Jean Constentin, miembro destacado de la Academia de Medicina y Farmacia, que pasó dos décadas al frente de la lucha contra la despenalización del cannabis y desempeñó un papel clave en la elaboración del «contraargumento científico».

El vídeo sugiere que en esta «guerra de la información», «a veces se toman libertades con la ciencia», indicando que los partidarios de la prohibición podrían «distorsionar regularmente los datos científicos para demonizar el cannabis», mediante elección selectiva de publicaciones, exagerando ciertas características, inflando cifras y sacando conclusiones fuera de contexto. Este enfoque se identifica como un ejemplo típico de «razonamiento motivado».

Por último, el vídeo explora los fundamentos ideológicos de esta postura, revelando una creciente rigidez conservadora entre los prohibicionistas, que a menudo chocan con los adicólogos que abogan por políticas de reducción de daños.

Sugiere que este grupo ha esgrimido argumentos que, aunque presentados como científicos, han servido para ocultar los peligros reales del cannabis a los profesionales de la salud y al público en general, contribuyendo así a un retraso considerable en la introducción de políticas de reducción de daños en Francia.

En última instancia, el vídeo anima a los espectadores a estar atentos a la forma en que se utiliza el conocimiento científico al servicio del discurso político y a aprender a distinguir los auténticos hallazgos científicos de los argumentos ideológicos, reclamando una transición hacia una política verdaderamente basada en la ciencia.

Y te invitamos a verlo en el artículo 🙂