Líbano ha comenzado a aplicar oficialmente su marco para legalizar el cannabis medicinal, un proyecto largamente aplazado desde que fuera aprobado por el Parlamento en 2020.
Durante décadas, los agricultores del valle de la Bekaa y las estribaciones del Hermel han cultivado cannabis en secreto, exponiéndose a menudo a persecuciones penales. «La decisión del gobierno pone fin a décadas de persecuciones por motivos de seguridad contra los agricultores que cultivaban la planta en secreto», informó Al Jazeera. En regiones donde el apoyo estatal y las infraestructuras son prácticamente inexistentes, miles de familias dependen del cultivo de cannabis como única fuente estable de ingresos.
A pesar de las periódicas redadas policiales y campañas de destrucción de cultivos, el cannabis ha seguido siendo un pilar de la economía informal de la Bekaa, a menudo descrito por los lugareños como «más barato y rentable que las manzanas». El nuevo marco jurídico pretende transformar esta actividad clandestina en un sector legítimo y sujeto a impuestos.
De los campos ilegales a una industria regulada
Para supervisar la transición, el Gobierno ha creado el Comité de Gestión del Cultivo de Cannabis, un organismo regulador encargado de expedir licencias, supervisar la producción y coordinar las exportaciones. Su mandato incluye crear canales legales de venta para los agricultores y garantizar el cumplimiento de las normas farmacéuticas.
«Líbano se encuentra en un momento decisivo para su sector del cannabis», afirmó Mohamed Mroueh, profesor de la Universidad Libanesa Americana de Beirut. «Con el establecimiento de la autoridad reguladora, esta temporada ofrece la oportunidad de incorporar a los agricultores al marco legal y salvar la distancia entre el cultivo ilícito tradicional y una industria del cannabis medicinal totalmente legal, regulada y basada en pruebas.»
El presidente del comité Dany Fadel visitó las principales zonas de cultivo para tranquilizar a los cultivadores sobre la intención del Estado de integrarlos en la nueva economía legal en lugar de desplazarlos. En declaraciones a Al Jazeera, prometió que la autoridad «proporcionaría medios para vender sus cosechas a los fabricantes farmacéuticos de Líbano y del extranjero a precios del mercado internacional, en lugar de depender de los traficantes de drogas».
Este mensaje fue bien recibido por los agricultores locales, muchos de los cuales llevaban mucho tiempo sintiéndose abandonados por el Estado. La legalización se ve como un salvavidas y una oportunidad de redención tras años de criminalización.
Recuperación económica y ambiciones globales
El gobierno libanés espera que este nuevo programa de cannabis medicinal le ayude a hacer frente a su grave déficit presupuestario y a atraer inversiones extranjeras.
Según un informe de McKinsey & Company, el cultivo y venta legal de cannabis podría generar hasta 1.000 millones de euros al año para las arcas públicas, una inyección importante para un país cuya economía está paralizada por la deuda, la inflación y la inestabilidad política. El economista Ali Tfaili declaró a Al Jazeera que la introducción del cultivo tradicional en el mercado legal podría reducir el déficit comercial de Líbano y aumentar los ingresos fiscales a través de los impuestos y las exportaciones.
El plan incluye el suministro a las industrias farmacéuticas locales e internacionales, un mercado en el que Líbano espera posicionarse como actor regional.
La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) clasificó anteriormente a Líbano como el tercer productor mundial de resina de cannabis, después de Marruecos y Afganistán. Legalizar y regular el sector podría, por tanto, permitir al país capitalizar su experiencia al tiempo que pasa de la producción ilícita a la medicinal, en línea con la tendencia mundial hacia economías reguladas del cannabis.
Una transición frágil pero prometedora
Aunque en general se considera una reforma histórica, sigue habiendo desafíos. El éxito del sector del cannabis medicinal en el Líbano dependerá de la capacidad del Estado para proporcionar eficazmente licencias, infraestructuras y precios justos a los cultivadores que han operado durante mucho tiempo en la sombra, en la línea de lo que está haciendo Marruecos.
Los problemas de seguridad y la inestabilidad regional también podrían afectar a las ambiciones exportadoras del nuevo marco.
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