El Gabinete de Malasia, encabezado por el Primer Ministro, ha dado su acuerdo para permitir el cultivo de cannabis y kratom con fines medicinales.
El viceministro de Comunicaciones y Multimedia, Zahidi Zainul Abidin, declaró que el Gabinete no tenía objeciones y dio instrucciones a su ministerio para que discutiera con el ministro de Sanidad, Khairy Jamaluddin, la mejor manera de aprobar el proceso de cultivo.
«Se trata de un avance muy positivo, sobre todo para quienes trabajan en el campo de la medicina. Pero me gustaría reiterar que cualquier aprobación es para fines medicinales y no para uso recreativo», dijo el Sr. Zahidi, citado por Utusan Malaysia.
Zahidi señaló que existía una fuerte demanda en el extranjero de cáñamo y kratom debido a sus cualidades medicinales y dijo que confiaba en que el Gabinete aprobara pronto su uso médico en Malasia, ya que el cultivo local estaba actualmente limitado a la exportación.
A principios de este mes, el grupo parlamentario malasio sobre cannabis medicinal afirmó que las cuestiones políticas sobre el desarrollo de la industria del cáñamo, el cannabis y el kratom se plantearían en el Gabinete tras la celebración de una reunión.
En la reunión, a la que asistió el primer ministro Ismail Sabri Yaakob, se reconoció que la industria estaba ampliamente desarrollada en muchos países, incluida la vecina Tailandia.
Anteriormente, Khairy había dicho que su ministerio estaba dispuesto a colaborar con agentes de la industria o universidades para llevar a cabo investigaciones sobre el uso médico del cannabis. En teoría, el uso médico del cannabis no está prohibido en Malasia, pero la falta de producción local hace que su acceso sea complicado.
El presidente de la Asociación Médica de Malasia, el Dr. Koh Kar Chai, afirmó que todas las pruebas disponibles sobre el cannabis medicinal deben ser revisadas ahora por expertos locales e investigada y evaluada su viabilidad antes de tomar una decisión.
«No es algo que pueda decidirse de la noche a la mañana», declaró a The Sun.
El Dr. Koh dijo que, aparte de las pruebas científicas, el gobierno debe considerar la concesión de licencias y reglamentos, así como la legislación para la venta y el consumo responsable de cannabis medicinal, si las autoridades lo aprueban.
