Polinesia busca 10 cultivadores de cannabis terapéutico

La Dirección de Agricultura (DAG) de la Polinesia Francesa ha lanzado oficialmente la convocatoria para seleccionar a diez agricultores para la fase piloto de cultivo de cannabis terapéutico.

El proceso de solicitud, que se extiende del 1 de marzo al 1 de abril, es altamente selectivo. Sólo se seleccionarán dos cultivadores profesionales por archipiélago. Los solicitantes seleccionados deberán cumplir estrictos requisitos, entre ellos:

• Estar en posesión de la tarjeta CAPL, una certificación profesional agraria.
• Estar en posesión de la tarjeta CAPL, una certificación profesional agraria
• Residir en la Polinesia Francesa durante al menos diez años.
• Ser propietario o arrendatario de una parcela privada de 1.500 metros cuadrados.
• Estar situado en una isla con una antena de GAD y una brigada de gendarmería.

La fase piloto, que sigue a la legalización del cannabis terapéutico, evaluará la viabilidad del cultivo en exterior de cannabis de bajo THC.

Como explica Tetia Peu, ingeniera agrónoma de la DAG, los candidatos deben ser autosuficientes: «Nada de terrenos propiedad del Estado, ni subvenciones, ni pagos. Cualquier planta con niveles de THC superiores al 0,3% será destruida sin compensación«.

Las primeras plantaciones se esperan para junio

Una vez seleccionados, los agricultores recibirán 500 semillas, proporcionadas por el Gobierno, así como asistencia técnica, muestreo y análisis. Sin embargo, tendrán que financiar ellos mismos el cercado y las medidas de seguridad necesarios, ya que la discreción es un requisito reglamentario.

Los primeros plantones están previstos para junio de 2025, un plazo que ha suscitado preocupación entre algunos cultivadores de CBD. El momento puede no ser el ideal para el cultivo de cannabis, lo que deja dudas sobre el éxito del experimento.

A pesar de estas dificultades, la iniciativa podría abrir nuevas perspectivas económicas. Aunque el objetivo principal es explorar el potencial del cannabis medicinal, la DAG también reconoce las aplicaciones más amplias de la planta.

«Hay muchas salidas potenciales para la producción de cannabis, ya sea para CBD, cáñamo o alimentos», explica Tetia Peu.

Los agricultores locales ven en ello una oportunidad prometedora. Norma Poetai, profesora jubilada y agricultora, está deseando participar: «Mientras este producto pueda ayudar a tratar a nuestros enfermos, estoy dispuesta a echar una mano por el bienestar de nuestra gente y de la próxima generación. Estoy dispuesta a plantar si se supervisa».

Esta fase piloto de un año pretende determinar si la Polinesia Francesa puede producir cannabis terapéutico de forma sostenible. El proyecto se basa en las pruebas iniciales llevadas a cabo por el Instituto Louis Malardé, que examinaron la viabilidad del cannabis de bajo THC en entornos controlados. La atención se centra ahora en las condiciones de la vida real en los cinco archipiélagos.

Los resultados de este ensayo determinarán el futuro marco regulador para la industria. Si tiene éxito, la Polinesia Francesa podría ofrecer cannabis orgánico cultivado localmente para uso terapéutico.

Por ahora, los agricultores interesados tienen hasta el 1 de abril para presentar sus solicitudes.