Lo que empezó como un simple reto entre amigos se ha convertido en un poderoso movimiento. En junio de 2025, Anas, Rayan, Aziz y Abdelsamad, cuatro jóvenes de Asnières-sur-Seine, decidieron dejar de consumir cannabis juntos. Esta apuesta compartida se convirtió en una aventura de solidaridad y sensibilización que dio origen al proyecto «ALB», acrónimo de «Arrêtons la bédave» («Dejemos de fumar»).
Al documentar su experiencia en Internet, consiguieron llegar a miles de personas y hablar abiertamente sobre el consumo de cannabis, sus riesgos y la necesidad de alternativas no estigmatizadoras cuando el consumo se les va de las manos.
Del consumo cotidiano a la concienciación colectiva
Como muchos adolescentes, Rayan experimentó con la hierba por primera vez cuando tenía 17 años. Muy pronto, lo que parecía inofensivo se convirtió en consumo problemático. En el punto álgido de su adicción, gastaba hasta 500 euros al mes fumando toda la noche mientras jugaba a juegos en línea.
Los demás tenían historias similares, y los intentos de dejarlo rara vez duraban. El punto de inflexión llegó el 16 de junio de 2025, cuando los cuatro amigos decidieron dejar de fumar juntos. Al día siguiente, grabaron un breve vídeo titulado «Día 1», que marcaba el comienzo de su nueva vida sin cannabis. Día tras día, siguieron publicando vídeos, convirtiendo su lucha personal en un viaje público.
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En TikTok e Instagram, sus vídeos se hicieron rápidamente virales. Pocas semanas después, su cuenta Mentalidad ALB contaba con más de 64.000 seguidores en TikTok y 11.000 en Instagram. Sus lemas, «Solo porque añadas «dulce» después de «droga» no significa que la hierba no sea una droga» o «Para encender tu cerebro, apaga tu mechero», resonaron entre los espectadores.
Construir un movimiento más allá de las redes sociales
El éxito en las redes sociales ha traído visibilidad, pero también responsabilidad.
«Nos sometió a una enorme presión, pero también nos empujó a seguir adelante», explica Rayan. Fue entonces cuando el grupo decidió estructurarse más seriamente.
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Su contenido se amplió para incluir no sólo el cannabis, sino también otros comportamientos de riesgo como el abuso del gas de la risa y la violencia juvenil.
«La gente de nuestro entorno dice que les hemos hecho mucho bien, pero ellos también nos ayudan», explica Abdelsamad. Ahora les llegan a diario mensajes de ánimo de todas las generaciones y estratos sociales.
Decidido a ir más lejos, el cuarteto está en proceso de crear una asociación oficial. Actualmente están buscando locales, pero ya tienen planes en cartera: un evento deportivo en una urbanización parisina, colaboraciones con influencers y profesionales de la salud, e incluso el lanzamiento de un canal de Twitch.
Detrás del humor y los chistes se esconde otra ambición: crear una «casa ALB», un espacio dedicado donde las personas que luchan contra el consumo de cannabis puedan encontrar ayuda. La idea es ofrecer apoyo entre iguales y acceso a especialistas en adicciones, para salvar la distancia entre los servicios sanitarios y la calle.
Combinando la influencia digital y las iniciativas locales, Anas, Rayan, Aziz y Abdelsamad ponen de relieve una realidad que a menudo se pasa por alto: dejar de fumar cannabis no es solo una lucha personal, también puede ser una historia colectiva. Su viaje ilustra tanto el fracaso de las políticas públicas sobre drogas en Francia como la forma en que el apoyo entre iguales, la creatividad y la apertura de miras pueden transformar una lucha privada en una causa pública.
Como sugiere su lema, el objetivo no es condenar, sino avanzar: «Nunca nos hundimos, cogemos impulso para golpear aún más fuerte»
Aurélien creó Newsweed en 2015. Especialmente interesado en las normativas internacionales y los diferentes mercados del cannabis, también posee un amplio conocimiento de la planta y sus usos.
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