Los reguladores del cannabis de California han enviado varias advertencias a los laboratorios de análisis con licencia estatal para que informen con precisión de los resultados de las pruebas o se enfrenten a duras sanciones, incluida la posible revocación de la licencia.
La división de laboratorios del Departamento de Control del Cannabis (DCC) ha comenzado las inspecciones para confirmar (o no) los resultados de las pruebas en flores y otros productos de cannabis que ya han sido analizados, según una notificación por correo electrónico enviada a los laboratorios acreditados el jueves y obtenida por MJBizDaily.
«Las pruebas aleatorias de los productos de venta libre seguirán proporcionando a los consumidores la garantía de que los productos de cannabis que compran han sido probados y que los resultados de esas pruebas son precisos», dijo Nicole Elliott, directora de la DCC, a MJBizDaily vía correo electrónico el viernes.
La carta advierte a los laboratorios que inflar el contenido de THC y falsificar datos científicos es una violación de la ley estatal.
«Informar de resultados inexactos y falsificar datos dará lugar a acciones contra su licencia, hasta e incluyendo la revocación», advierte la notificación.
Si los resultados confirmados por la DCC no coinciden con los de las pruebas realizadas por los laboratorios, las empresas podrían verse obligadas a reetiquetar sus productos, según la DCC.
«Esto también puede dar lugar a la retirada y/o embargo de cannabis o productos a base de cannabis», dice la advertencia.
¿Por qué inflar los niveles de THC?
Los estudios demuestran que el precio de un producto, el porcentaje de THC y las recomendaciones del budtender son los principales factores que tienen en cuenta los consumidores a la hora de elegir su cannabis. Sin embargo, se ha prestado una atención desproporcionada al porcentaje de THC, en parte debido a la idea errónea de que la potencia está directamente relacionada con la calidad del producto, y en parte debido a la falta de comprensión del importante papel de los terpenos y otros cannabinoides.
Este enfoque en el contenido de THC ha animado a las empresas de cannabis (marcas, cultivadores, distribuidores) a jugar con el sistema, sobre todo cuando las condiciones económicas son difíciles para los operadores legales. Si los consumidores siguen obsesionados con el contenido de THC, algunas empresas están dispuestas a engañar a los clientes porque pueden cobrarles más.
Los productos con alto contenido de THC cannabis se venden más caros, lo que ha animado a algunas empresas cannábicas y a laboratorios analíticos dispuestos a defraudar a manipular los resultados. La industria llama a esta práctica «lab shopping».
Por lo general, la normativa exige que el contenido de THC indicado en la etiqueta esté dentro de un intervalo porcentual relativo respecto a los resultados reales de las pruebas. En California, este umbral es del 10%, lo que permite a ciertos laboratorios falsear los resultados o a las marcas ser creativas en sus afirmaciones.
Estas prácticas dudosas han dado lugar a un problema sistémico de inflación de potencia, perjudicial para todos los implicados. lab shopping ha permitido a menudo a las peores marcas y laboratorios obtener mejores resultados, mientras que las marcas de alta eficacia y los laboratorios que dan prioridad a la ciencia se han visto perjudicados.
En los últimos años, los organismos estatales de Arizona, Colorado, Florida y Nevada han intensificado la represión contra los laboratorios que no cumplen las normas, imponiendo fuertes multas y suspendiendo las licencias en algunos casos.
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