La Comisión de Peticiones del Parlamento polaco ha remitido al primer ministro Donald Tusk una petición a favor de la despenalización del cannabis.
La petición, presentada por el comité, sugiere permitir a los ciudadanos polacos poseer hasta 15 gramos de cannabis y cultivar una planta para su consumo personal sin incurrir en sanciones penales.
Aunque esta propuesta no tiene la fuerza vinculante de un proyecto de ley oficial, requiere una respuesta de Donald Tusk en un plazo de 30 días. Tendrá que exponer las posibles medidas para aplicar los cambios o justificar su decisión de no seguir adelante. También podrá remitir el asunto a otra agencia.
Según Wolne Konopie, un importante grupo de defensa polaco, la decisión de optar por una petición no vinculante en lugar de un proyecto de ley oficial obedece a una evaluación pragmática del panorama político polaco.
Los activistas temían que el Presidente Andrzej Duda vetara un proyecto de ley más formal. En lugar de ello, esperan que la petición desencadene un diálogo nacional que pueda desembocar en una acción legislativa, especialmente en el contexto de las elecciones presidenciales polacas del próximo mes de mayo. Si la respuesta pública es contundente, podría influir en futuros programas políticos, o incluso influir en la posición de los candidatos presidenciales.
Apoyo y oposición de los funcionarios polacos
En los últimos meses, los activistas se han ganado el apoyo de algunos funcionarios ministeriales polacos. En septiembre, representantes de Wolne Konopie se reunieron con un funcionario del Ministerio de Sanidad para hablar de la petición, que al parecer recibió un apoyo provisional. Además, en julio, un funcionario del Ministerio del Interior remitió la recomendación de reforma para su consideración por parte de los organismos encargados de hacer cumplir la ley. Sin embargo, queda por ver hasta qué punto este apoyo tiene eco en los organismos gubernamentales.
El movimiento de reforma del cannabis en Polonia forma parte de una tendencia más amplia en Europa, donde los países vecinos están adoptando sus propias políticas sobre el uso médico o recreativo del cannabis. La proximidad de Polonia con Ucrania y Alemania añade un poco de interés a esta reforma regional.
En febrero, el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky firmó una ley que legaliza el cannabis medicinal. La ley destaca por su potencial para ayudar a los soldados que se enfrentan a traumas físicos y psicológicos a causa del actual conflicto con Rusia. El paso de Ucrania hacia el cannabis medicinal se ha visto influido en parte por las circunstancias únicas de la guerra, pero también se alinea con tendencias europeas más amplias para reevaluar la política del cannabis.
Alemania, por su parte, ha autorizado los clubes sociales de cannabis, que permiten a los adultos cultivar cannabis para uso colectivo en un entorno privado. El modelo alemán limita el acceso a los clubes sociales, donde el cannabis se cultiva y distribuye a los miembros registrados, pero sigue creando un entorno controlado para el consumo recreativo de cannabis.
La actual ley alemana, que representa la primera fase de un plan de legalización en dos partes, ya ha dado lugar a las primeras distribuciones de cannabis en clubes sociales este año. Recientemente se han anunciado proyectos piloto como base para un segundo pilar que supondría la venta legal de cannabis.
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