El ejército estadounidense quiere hacer sus uniformes de francotirador con cáñamo

En una solicitud de información (RFI) emitida la semana pasada, el Ejército de los Estados Unidos dijo que quería explorar materiales alternativos para mejorar los uniformes utilizados por los francotiradores para el camuflaje. El cáñamo y el yute figuran entre los materiales que, según el ejército, podrían utilizarse para la «ropa operativa y personal de camuflaje Ghillie (IGS)».

«El interés se centra concretamente en un hilo utilizado para romper la silueta de los francotiradores, fabricado con yute, cáñamo o una fibra natural similar», decía el aviso.

La División de Gestión de Productos de Ropa y Equipo Personal de los Soldados del Ejército está «buscando hilos de yute, cáñamo o fibras naturales similares de 3 capas y 48 libras», continúa el anuncio. «La demanda actual de hilo de yute/cáñamo es de 400.000 yardas» o 366 kilómetros.

«IGS» es un nuevo y mejorado sistema de ocultación desarrollado para satisfacer las necesidades de ocultación de los francotiradores. El IGS cuenta con materiales de camuflaje modificables (por ejemplo, yute, cáñamo o fibras naturales similares) que pueden utilizarse para cambiar la apariencia del francotirador. El yute, el cáñamo u otra fibra natural del IGS ayudará a ocultar al francotirador y al explorador durante las misiones, permitiéndoles no ser detectados en las proximidades de las fuerzas enemigas»

El cáñamo ha sido legalizado a nivel federal en EEUU como parte de la Farm Bill de 2018. Y aunque muchos han llegado a asociar el cultivo con sus derivados, como el aceite de CBD, cada vez hay más interés en sus otras aplicaciones industriales, sobre todo por su singular sostenibilidad, versatilidad y bajo impacto ambiental.

Ahora el ejército estadounidense quiere ver si el cultivo tiene el potencial de camuflar mejor a sus francotiradores. La RFI afirma que el hilo de cáñamo puede hilarse en el país o importarse de otros países, a diferencia del yute, que debe hilarse en Estados Unidos aunque la fibra proceda de un país extranjero.

«El material no debe suponer un riesgo para la salud del soldado y debe mostrar compatibilidad con el contacto directo y prolongado con la piel», señala el texto. Además, el material no puede «añadir una cantidad significativa de peso» a los uniformes. Las respuestas a la solicitud de información se esperan para el 27 de julio.