El nuevo primer ministro de Tailandia, Srettha Thavisin, ha declarado que su gobierno «rectificará» la política del país en materia de cannabis y restringirá su uso a fines médicos en un plazo de seis meses.
En una entrevista con Bloomberg, Thavisin, que fue elegido en agosto, afirmó que era necesario «reescribir la ley» para detener la venta generalizada de cannabis recreativo.
«El problema de las drogas se ha generalizado en los últimos tiempos», afirmó en la entrevista.
Tailandia pasó de tener una de las legislaciones sobre drogas más estrictas del mundo a despenalizar el cannabis el año pasado, tras eliminar la planta de la lista de estupefacientes. Se dice que en poco tiempo se han abierto en el país más de 6.000 dispensarios autorizados.
El gobierno de Srettha, que lidera una coalición de 11 partidos en el país, ha prometido erradicar las drogas de la sociedad tailandesa. A principios de esta semana, el Primer Ministro asistió a un acto en el que presentó una serie de narcóticos confiscados, prometiendo «reducir decisivamente» la amenaza en el plazo de un año.
«El problema de la droga se ha extendido en los últimos tiempos, sobre todo en las regiones del noreste y el norte de Tailandia», declaró Srettha. «No necesitamos otro problema añadido».
El sector turístico acogió con satisfacción la decisión. Un portavoz insistió en que el comercio no regulado de cannabis había hecho más daño que bien al turismo en el último año.
«Ahora se puede encontrar fácilmente una tienda de cannabis cada 200 o 300 metros en las calles de Pattaya, y el 90% de ellas no tienen fines médicos», declaró Thanet Supornsahasrungsi, director ejecutivo del grupo Sunshine Hotels and Resorts de Pattaya, al Bangkok Post.
El cannabis fue despenalizado por el anterior gobierno de coalición para permitir a los agricultores locales capitalizar los ingresos potenciales del cannabis como cultivo de alto valor, y para avanzar en la investigación sobre su uso médico. Sin embargo, la falta de regulación adicional ha permitido que florezca la venta de cannabis al público, mientras que los agricultores se han quejado de que la mayor parte del cannabis a la venta se importa ilegalmente.
A pesar de las duras palabras del nuevo Primer Ministro, la incipiente industria tailandesa del cannabis sigue intacta. Poonwarit Wangpatravanich, presidente de la Asociación de Cannabis de Phuket, parece acoger con satisfacción algún tipo de control legal. «El cannabis está aquí para quedarse, pero su estatus aún no está claro».