El movimiento para legalizar el cannabis para consumo adulto en Australia se ha topado con un importante obstáculo. El Comité Legislativo de Asuntos Legales y Constitucionales del Senado australiano ha recomendado formalmente que no se apruebe el proyecto de ley de legalización del cannabis, el Legalising Cannabis Bill 2023.
El proyecto de ley, presentado por el senador verde David Shoebridge, pretendía legalizar el cultivo personal, regular la venta y permitir los espacios de consumo de cannabis. Aunque recibió más de 200 comentarios públicos y fue objeto de un amplio debate, el informe del comité, finalizado el 31 de mayo, se redujo a una única recomendación: «El comité recomienda que el Senado no apruebe el proyecto de ley».
Las principales razones del rechazo fueron la preocupación por los posibles riesgos para la salud asociados a un mercado legal de cannabis. El portavoz adjunto Paul Scarr destacó los «grandes riesgos asociados a la introducción de un mercado legal para el consumo recreativo de cannabis», citando encuestas que indicaban que muchos australianos podrían probar el cannabis si se legalizara, lo que podría acarrear «consecuencias desastrosas para la salud» que el público podría no comprender del todo.
La Asociación Médica Australiana (AMA) y otros organismos médicos también han expresado su preocupación por el hecho de que un acceso más amplio podría exacerbar los riesgos para la salud, en particular para los adolescentes.
La comisión llegó a la conclusión de que legalizar el cannabis crearía tantos o más problemas de los que resolvería, destacando la necesidad de garantizar que los niños y los jóvenes no tengan acceso al cannabis y de gestionar eficazmente el consumo de riesgo.
Los persistentes esfuerzos de los Verdes por legalizar el cannabis
A pesar de la recomendación del comité, los Verdes siguen empeñados en legalizar el cannabis en Australia. El Legalising Cannabis Bill 2023 del senador David Shoebridge, presentado en agosto de 2023, engloba diversas reformas, entre ellas permitir a los adultos cultivar hasta seis plantas de cannabis en casa sin permiso oficial y la creación de productos de cannabis para uso personal. El proyecto de ley también propone la creación de una agencia nacional para regular el cultivo de cannabis y el establecimiento de «cannabis cafés» con licencia, similares a los de Ámsterdam.
Tras el rechazo del proyecto de ley por la comisión parlamentaria, Shoebridge expresó su decepción, pero reafirmó el compromiso de los Verdes con la causa. Señaló que, a pesar de la abrumadora evidencia a favor del proyecto de ley, los senadores laboristas y de la Coalición se opusieron al mismo. El informe del Sr. Shoebridge destaca los beneficios potenciales del proyecto de ley, como la creación de empleo, el alivio de la presión sobre el sistema judicial, el desvío de ingresos de la delincuencia organizada, la financiación de servicios esenciales y el aumento de las posibilidades de elección de los consumidores.
Según Shoebridge, los Verdes pedirán ahora que se vote en el Senado y movilizarán a sus simpatizantes para que presionen a los diputados locales. El partido señala el apoyo público a la reforma, citando la Estrategia Nacional sobre Drogas 2017-26, que reconoce que el estatus ilegal del cannabis ha fomentado un próspero mercado negro con importantes costes sanitarios y sociales. Shoebridge afirma que millones de australianos quieren este cambio y que la legalización del cannabis pondría a Australia en línea con muchos otros países y estados de EEUU que ya han aprobado reformas similares.
La situación general del cannabis en Australia
El cannabis sigue siendo la droga ilícita más consumida en Australia. Según la última encuesta de hogares National Drug Strategy, más de 2,5 millones de australianos han consumido cannabis recientemente, y el 11,7% de las personas mayores de 14 años declaran haberlo consumido en los últimos 12 meses. Esta cifra es aún mayor entre los jóvenes aborígenes e isleños del Estrecho de Torres (16%).
A pesar de su carácter ilegal para uso recreativo, el cannabis medicinal es legal en Australia desde 2016, y alrededor de 700.000 personas declararon haberlo consumido con fines médicos el año pasado. Las sanciones por consumo ilegal de cannabis varían según el estado y el territorio. El Territorio de la Capital legalizó el cannabis en 2019, por ejemplo, mientras que otras provincias oscilan entre la despenalización y la prohibición estricta.
El proyecto de ley de los Verdes, si se aprueba, representaría un cambio significativo en la política nacional, y podría permitir a 80.000 australianos escapar del sistema de justicia penal. Shoebridge sostiene que el enfoque actual, impulsado por opiniones políticas obsoletas e intereses corporativos, no refleja la opinión pública ni la realidad de que el consumo de cannabis debe tratarse como un problema de salud y no como un delito.