La legalización del cannabis en Alemania el 1 de abril de 2024 iba a marcar un antes y un después en la política nacional sobre drogas. Con la Ley alemana sobre el cannabis (CanG), se concedió a los particulares el derecho a poseer y consumir cannabis, mientras que se permitió a los clubes sociales de cannabis (CSC) cultivar plantas de forma colectiva para un máximo de 500 miembros. Ya se han formado cerca de 300 asociaciones en todo el país.
Pero en Baviera, los avances se han estancado. Aunque la Oficina Regional de Salud y Seguridad Alimentaria (LGL) había expedido ocho licencias de cultivo, ni un solo club ha podido empezar a cultivar. Las autoridades locales, siguiendo instrucciones del Ministerio de Construcción de Baviera, han impuesto requisitos de planificación que impiden de hecho a los CSC hacer uso de sus licencias.
Obstáculos burocráticos
Esta situación muestra hasta qué punto la legalización federal puede verse restringida a nivel estatal. Según Business of Cannabis, la asociación CannabisKultur MainSpessart e.V. esperó un año para obtener una licencia de la LGL, sólo para que le dijeran que su lugar de cultivo requería un nuevo plan de uso del suelo. Su presidente, Emilio Fischer, denunció estas medidas como «un intento deliberado de obstaculizar las operaciones». Calcula que la adaptación de los planes de ordenación del territorio puede llevar de dos a tres años y costar decenas de miles de euros.
El periódico Bayerische Staatszeitung reveló que una directiva interna de la autoridad suprema de la construcción, emitida en diciembre de 2024, ordenaba a los ayuntamientos que sólo permitieran las CCS en zonas de uso especial, excluyendo las zonas industriales y comerciales. Esta interpretación añade otra capa de costes y complejidad para las asociaciones.
Obstáculos similares se han reportado en otros lugares. Franken.Cannabis, en Buttenheim, había recibido inicialmente la aprobación de la oficina del distrito de Bamberg, pero una directiva del Ministerio de Construcción con fecha de 25 de junio de 2025 anuló esta decisión. Según declaró el presidente Martin Pley al Frankenpost, «considero que la acción de las autoridades tiene motivaciones políticas y la considero absolutamente ilegal». Aunque en un principio las autoridades locales consideraron las restricciones «desproporcionadas», el gobierno regional dictó una orden de prohibición con efecto inmediato.
¿Estrategia sistemática o interpretación jurídica?
Las asociaciones denuncian que Baviera sigue una «estrategia sistemática» destinada a bloquear proyectos a posteriori. Pley, que obtuvo documentos internos a través de una solicitud de protección de datos, cree que las acciones del Estado van más allá de la interpretación legal y son un intento de criminalizar la CAC.
La Asociación Alemana de Cannabis está de acuerdo, con su portavoz Elmar Daniel señalando que Baviera es el único estado federal que requiere una zonificación especial para CCS. Advirtió que tales requisitos conllevan costes prohibitivos y largos retrasos: «Sólo el procedimiento de planificación costaría sumas de cinco cifras», dijo a Christ, en un artículo publicado en Cannabis-Anbau in Bayern.
El Gobierno defiende su línea restrictiva
El Ministerio de Sanidad de Baviera ha defendido abiertamente su postura. Un portavoz ha reiterado que legalizar el cannabis fue un error, sobre todo desde el punto de vista de la protección de los jóvenes y de la salud. «Desde el principio y con pleno conocimiento de causa, Baviera ha optado por la aplicación más restrictiva posible de las disposiciones de la KCanG», dijo el ministerio en un comunicado.
Las cifras oficiales ilustran el impacto: de las 44 solicitudes presentadas en Baviera, 14 ya han sido retiradas, tres han sido rechazadas y 19 siguen siendo examinadas.
Ya se trate de obstrucción, aplicación restrictiva o prevención sistemática, el resultado es claro: mientras las CSC en otros estados alemanes están empezando a crecer, en Baviera no se ha cultivado ni una sola planta.