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Es un viaje lleno de baches (financieros) para las galletas

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Cookies, una de las marcas más reconocibles del sector cannábico, atraviesa probablemente uno de los periodos más críticos de su historia: una reciente sentencia judicial podría secar su flujo de caja en un momento en el que la compañía ya está inmersa en varias y complejas batallas legales.

Según documentos judiciales citados por la prensa especializada, un juez de San Francisco ha ordenado que los royalties pagados por las tiendas autorizadas en EE UU, Canadá, Israel y Tailandia sean ahora redirigidos al Cole Ashbury Group, antiguo socio comercial de la marca. Una medida excepcional que, según el abogado de Cookies, podría derivar en una «insolvencia inmediata».

Un modelo basado en licencias bajo presión

Como explicamos en nuestro vídeo sobre Berner, el modelo de negocio de Cookies se basa esencialmente en licencias de marca y no en operaciones directas en tiendas. Las tiendas de terceros utilizan la identidad visual, la genética y los productos de la marca a cambio de royalties. Este mecanismo ha permitido a Cookies expandirse rápidamente, tanto en Estados Unidos como a escala internacional.

Pero es precisamente este modelo el que se ha visto socavado. La orden del juez Dennis Hayashi exige que el 100% de los royalties destinados a Cookies Creative Consulting & Promotions -la entidad que históricamente genera los ingresos operativos- se paguen a Cole Ashbury Group, hasta 8,3 millones de dólares.

Para la empresa, este repentino recorte de los ingresos equivale a un estrangulamiento financiero. En anteriores escritos, su abogado había advertido de que privar a Cookies de estos royalties equivaldría a despojarla de todo margen de maniobra operativo.

Una batalla legal tiene su origen en un acuerdo firmado en 2019

La disputa tiene su origen en un acuerdo firmado en 2019 por la ahora cerrada tienda Berner’s on Haight. El acuerdo incluía una opción de venta que permitía al grupo Cole Ashbury obligar a Cookies a recomprar la tienda por 10 millones de dólares tras 42 meses de funcionamiento.

En 2023, Cole Ashbury ejerce la opción. Cookies se niega. El caso acaba en arbitraje, y el grupo obtiene más de 7,3 millones de dólares en daños y perjuicios, más 1,1 millones de dólares en honorarios de abogados. El juez validó el conjunto en junio de 2025. Cookies había intentado defender que la tienda había sufrido problemas de gestión interna, pero el árbitro consideró que la empresa estaba obligada contractualmente, independientemente de los problemas encontrados.

El último fallo judicial va más allá y ataca directamente al corazón del funcionamiento económico del grupo. Abogados citados por la prensa señalan que, para una empresa construida en torno a una marca, la captura de los derechos de autor puede ser «un golpe fatal».

Los documentos judiciales muestran que el grupo Cole Ashbury también pretende apoderarse de otros activos, entre ellos un vehículo promocional «Cookies Bus» y una línea de bebidas alcohólicas lanzada recientemente por la marca.

Algunos socios licenciatarios también podrían cuestionar la estabilidad del negocio y reconsiderar el valor asociado a la marca Cookies, que ya se ha visto debilitada por la presión legal.

Una victoria legal en otro lugar, pero inutilizable por ahora

Irónicamente, Cookies ganó un arbitraje de 22,7 millones de dólares contra Cookies Retail LLC, relacionada con TRP Co. por impago de royalties y uso indebido de propiedad intelectual, a principios de 2025. Pero esta decisión está siendo recurrida, lo que está bloqueando el pago de los fondos. Como resultado, Cookies tiene que pagar hoy 8,3 millones, pero no puede cobrar los 22,7 millones que podrían salvarla.

Cookies ha recurrido la decisión desfavorable, al tiempo que defiende su otra victoria, que ahora está siendo impugnada. Los expertos señalan, sin embargo, que los laudos arbitrales rara vez se anulan en California, lo que sugiere que la batalla podría durar mucho tiempo.

Mientras tanto, la empresa sigue operando y manteniendo sus asociaciones internacionales, pero con unos ingresos vitales ahora redirigidos a un acreedor. Para una marca que simbolizaba la rápida expansión y el poder comercial en la industria del cannabis, este revés marca un importante punto de inflexión – potencialmente, incluso, una prueba existencial.

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