Los Emiratos Árabes Unidos han promulgado un decreto ley federal que regula los usos industriales y medicinales del cáñamo, creando oficialmente un nuevo sector económico fuertemente controlado.
Anunciada el 18 de diciembre de 2025, la legislación pretende adaptar el país a las mejores prácticas internacionales y allanar el camino para las aplicaciones industriales, farmacéuticas y científicas, sin cambiar la estricta postura del país sobre el uso recreativo.
Parte de la estrategia más amplia de los EAU para el desarrollo económico sostenible, el decreto ley permite el uso del cáñamo industrial en una serie de sectores, entre ellos el textil, la construcción, el papel, el empaquetado y la fabricación de productos médicos autorizados.
Estricta separación entre uso industrial y consumo prohibido
El decreto-ley traza una clara línea roja: se prohíbe explícitamente el uso personal o recreativo del cáñamo. Esta prohibición se extiende a productos alimenticios, complementos alimenticios, productos veterinarios, productos para fumar y cualquier otra categoría que se determine por decisión del Consejo de Ministros. También están prohibidos los productos cosméticos que contengan cáñamo industrial, con algunas excepciones limitadas a los aceites extraídos de semillas o tallos de cáñamo, sujetos a una autorización reglamentaria adicional.
Cualquier compuesto capaz de producir un efecto estupefaciente o psicoactivo entra en el ámbito de aplicación de las leyes penales, de estupefacientes y de sanciones vigentes.
Licencias, cultivo y umbrales de THC
Todas las actividades relacionadas con el cáñamo industrial, incluidas la importación, exportación, cultivo, fabricación, transporte y eliminación, están sujetas a licencia y control, incluso en zonas francas. El cultivo sólo está permitido en zonas seguras, valladas, vigiladas y aisladas, designadas por las autoridades locales y aprobadas a nivel federal.
El cáñamo se limitará al 0,3% de THC. Los cultivadores autorizados deberán realizar pruebas periódicas durante todo el ciclo de producción e informar inmediatamente de cualquier exceso al Ministerio de Cambio Climático y Medio Ambiente, a las autoridades locales y a la Autoridad Nacional de Control de Estupefacientes.
Sólo las empresas agrícolas autorizadas pueden importar semillas, y únicamente de las variedades de cáñamo industrial autorizadas que figuran en el reglamento de aplicación. El cultivo sin licencia, fuera de las zonas autorizadas o en cantidades superiores a las autorizadas se castiga con sanciones penales.
Fabricación, comercio y control nacional
El decreto-ley también establece normas detalladas para la fabricación de productos derivados del cáñamo. Los fabricantes deben obtener el permiso de las autoridades locales y del Ministerio de Industria y Tecnología Avanzada, aplicar sistemas de gestión de calidad acreditados y operar en zonas de producción claramente segregadas para las materias primas, la transformación, el envasado, el almacenamiento y los residuos.
La importación o exportación de productos de cáñamo requiere una autorización adicional del Ministerio de Comercio Exterior, así como autorizaciones de seguridad emitidas por las autoridades locales pertinentes. Todos los productos autorizados deben llevar un etiquetado claro, que incluya los detalles de la autorización, la concentración del compuesto, las indicaciones de uso, las contraindicaciones y los posibles efectos nocivos.
Para garantizar un control exhaustivo, la ley exige la creación de un sistema nacional de trazabilidad que abarque las semillas, los plantones y los productos acabados. Este sistema se completará con un registro electrónico unificado gestionado por el Ministerio de Cambio Climático y Medio Ambiente, accesible a las autoridades federales y locales designadas.
Por primera vez, los EAU permiten oficialmente el uso de cáñamo en productos médicos, siempre que estén regulados por las leyes farmacéuticas vigentes. También se permite la investigación científica con semillas, plántulas o productos de cáñamo, pero sólo bajo el estricto control definido en la normativa de aplicación para evitar la apropiación o el uso indebidos.
El decreto-ley introduce un estricto régimen de aplicación. Infracciones como las actividades no autorizadas, el uso indebido fuera de los fines autorizados, la transferencia a terceros no autorizados o la superación de los límites de THC pueden acarrear pena de prisión de al menos tres meses y multas a partir de 100.000 AED (25.000 euros), sin perjuicio de sanciones más severas previstas en otras leyes.