Un nuevo metaanálisis realizado por investigadores de Jordania, Irak y Uzbekistán sugiere que el consumo de cannabis puede estar asociado a una reducción significativa del riesgo de cáncer de boca.
A partir de los datos de más de 15.000 participantes, el estudio añade un elemento inesperado a los efectos saludables de la planta, al tiempo que insta a la cautela a la hora de interpretar los resultados.
Un estudio con más de 15.000 participantes
El equipo de investigación examinó seis estudios de casos y controles, que abarcaban 4.686 pacientes diagnosticados de cáncer oral y 10.370 controles sin la enfermedad. Todos los estudios seleccionados, realizados antes de agosto de 2025, incluían casos confirmados histológicamente y evaluaciones cuantitativas de la exposición al cannabis.
«De acuerdo con las directrices PRISMA, realizamos búsquedas exhaustivas en las bases de datos Scopus, PubMed, Web of Science y Embase hasta agosto de 2025. Solo se incluyeron estudios de casos y controles que informaran de estimaciones cuantitativas del riesgo asociado con el consumo de cannabis y el cáncer oral confirmado histológicamente», explicaron los autores.
Agrupando los datos disponibles, los investigadores observaron una asociación inversa entre el consumo de cannabis y la incidencia de cáncer oral. Los resultados combinados revelaron un odds ratio de 0,659, correspondiente a una reducción estimada del 34% del riesgo para los consumidores en comparación con los no consumidores.
Los autores describieron esta cifra como «estadísticamente significativa», lo que significa que supera lo que generalmente se atribuiría al azar.
Un efecto protector sin relación dosis-respuesta
Una cuestión central en epidemiología es si un consumo mayor o a más largo plazo produce un efecto mayor. En este caso, los investigadores no encontraron ninguna relación dosis-respuesta, lo que significa que niveles de consumo más elevados no se correspondían con una mayor protección.
«Se realizaron análisis de subgrupos según la duración del consumo, el sexo y la edad de inicio del consumo de marihuana; sin embargo, no se observó una clara relación dosis-respuesta», señala el estudio.
Esta falta de correlación complica la interpretación. En muchas áreas de la investigación médica, la coherencia dosis-respuesta refuerza las hipótesis causales. En este caso, su ausencia plantea interrogantes sobre posibles factores de confusión, como variables del estilo de vida o una clasificación errónea de la exposición al cannabis.
No obstante, las pruebas de sensibilidad realizadas por los autores mostraron que el resultado global se mantenía estable incluso cuando se eliminaban determinados estudios individuales. Las odds ratio entre las distintas iteraciones del modelo oscilaron entre 0,599 y 0,708, lo que indica robustez a pesar de la heterogeneidad de los datos.
Un corpus de investigación cada vez mayor
Este estudio se produce mientras la literatura médica sigue explorando el papel del cannabis en el tratamiento de los síntomas y sus posibles efectos terapéuticos. Los autores señalaron que un estudio reciente realizado en Tailandia descubrió una mayor supervivencia en pacientes con cánceres agresivos que consumían cannabis durante los cuidados paliativos. Sin embargo, los mecanismos que subyacen a cualquier asociación protectora -si es real- siguen siendo desconocidos.
Tres de los seis estudios incluidos en el análisis mostraron efectos protectores estadísticamente significativos, mientras que los otros tres no. Según los investigadores, esta discrepancia refleja un debate científico más amplio.
El equipo también evaluó el sesgo de publicación, sin encontrar ningún sesgo significativo que pudiera inflar artificialmente los resultados positivos.
Sin embargo, a pesar de esta prometedora asociación, los autores subrayaron repetidamente la necesidad de mantener la cautela. «Este metaanálisis sugiere que el consumo de marihuana se asocia con un menor riesgo de cáncer oral. Sin embargo, dadas las limitaciones metodológicas, la heterogeneidad de la evaluación de la exposición y las pruebas recientes contradictorias, estos resultados deben interpretarse con cautela», afirma el artículo.