Tras más de un año de trabas burocráticas, Baviera ha concedido oficialmente los primeros permisos de cultivo a los Clubes de Cannabis.
Entre los pioneros se encuentra el CSC Inntal-Raubling, dirigido por su fundador Florian Degenhart, que describe el viaje como una experiencia dura pero gratificante.
«Ha sido un largo camino», declaró Degenhart a Merkur.de tras el anuncio.
Desde que la Ley del Cannabis (CanG) entró en vigor en Alemania, la creación de CSC está permitida en principio. En la práctica, los clubes se han enfrentado a importantes retrasos, sobre todo en Baviera. El club de Degenhart presentó sus documentos ya en julio de 2024 a la Oficina Bávara de Salud y Seguridad Alimentaria (LGL), pero la autorización no se concedió hasta abril de 2025.
Este periodo de espera no fue sin consecuencias. «Estoy arruinado», dijo Degenhart antes de que se concediera el permiso, destacando la pesada carga financiera que suponían los costes administrativos y el alquiler de un terreno de cultivo sin utilizar. Afortunadamente, el propietario ofreció ayuda financiera, pero los costes seguían ascendiendo a entre 2.000 y 3.000 euros al mes.
A pesar de estas dificultades, Raubling CSC puede empezar ahora a instalar las medidas de seguridad necesarias, incluidas alarmas y puertas reforzadas, antes de que pueda empezar oficialmente el cultivo.
«Ha sido agotador, pero ha merecido la pena», afirma Degenhart, aunque los miembros tendrán que esperar un poco más antes de poder disfrutar de la primera cosecha.
Un enfoque prudente por parte de las autoridades bávaras
El gobierno bávaro mantiene una postura firme sobre la legalización del cannabis en Alemania. Según un comunicado del Ministerio de Sanidad estatal, la autorización concedida a tres clubes -Inntal-Raubling CSC, Exotic Kingdom CSC Fulda y Marihuana Club Kirchdorf- se debió a «limitaciones legales inevitables».
La ministra de Sanidad, Judith Gerlach (CSU), reiteró la oposición de Baviera a la legalización: «Legalizar el cannabis para el consumo fue un error, sobre todo en lo que respecta a la salud y la protección de los jóvenes.»
Gerlach también subrayó que estas autorizaciones no significan una relajación de la línea dura del Estado: «Las autorizaciones concedidas a las asociaciones de cultivo no son un salvoconducto para el consumo ilimitado de cannabis en Baviera», insistió.
La Unidad Central de Control de Baviera mantendrá una estricta vigilancia incluso después de que comience la producción.
La reticencia de Baviera
En comparación con otros estados alemanes, Baviera se ha mostrado especialmente lenta a la hora de aprobar los clubes de cannabis. En diciembre de 2024, Baja Sajonia y Renania del Norte-Westfalia ya habían concedido decenas de licencias de cultivo, mientras que Baviera aún no había aprobado ninguna. De las 37 solicitudes presentadas a la LGL, ocho fueron retiradas y una rechazada debido a que la asociación no cumplía la normativa federal sobre la participación de los miembros en el cultivo.
El rechazo de la solicitud del CSC-Minga es un caso emblemático. El club había propuesto que sus miembros contribuyeran gestionando las redes sociales en lugar de participar directamente en el cultivo, lo que las autoridades consideraron incompatible con los requisitos legales. La asociación denunció esta decisión como «escandalosa e inaceptable» en una carta abierta.
A pesar de este enfoque estricto, las estadísticas sugieren un efecto secundario positivo de la legalización parcial. La delincuencia relacionada con las drogas en Baviera se redujo drásticamente en 2024, al igual que en Berlín, con un descenso del 39% en comparación con 2023, y los delitos relacionados con el cannabis cayeron casi un 56%, hasta los 15.270 casos. Sin embargo, el ministro del Interior Joachim Herrmann y el ministro de Justicia Georg Eisenreich (ambos miembros de la CSU) siguen oponiéndose a la reforma, argumentando que el descenso de la delincuencia no conlleva una reducción de la carga de trabajo de las fuerzas del orden.