Al parecer, Tailandia se dispone a aplicar una normativa más estricta para supervisar el consumo de cannabis, exigiendo certificados médicos para la compra de cannabis.
Se espera que la nueva norma se anuncie en 40 días, según Somruek Chungsaman, jefe del Departamento de Medicina Tradicional y Alternativa del Ministerio de Sanidad.
«Cualquiera que desee comprar flores de cannabis para fumar, ya sea tailandés o extranjero, debe tener una receta médica», dijo a Reuters. La medida pretende garantizar que el cannabis sólo se utilice con fines médicos, y no para el consumo recreativo.
«No queremos que la gente diga que ha venido a Tailandia sólo para fumar cannabis. Eso da una impresión negativa», añadió.
Del auge del cannabis a la regulación
Tailandia se convirtió en el primer país de Asia en despenalizar el cannabis en 2022, lo que provocó un auge de la industria cannábica y del turismo relacionado. Sin embargo, la falta de un marco jurídico exhaustivo que regule la venta, la producción o el consumo de cannabis ha dado lugar a una explosión de tiendas de cannabis, sobre todo en Bangkok y en ciudades turísticas como Phuket.
El entorno no regulado resultante ha suscitado preocupación por los abusos, incluido el posible acceso de menores de edad y la rápida expansión de los negocios relacionados con el cannabis. Somsak Thepsutin, ministro de Salud Pública de Tailandia, confirmó que se estaba elaborando un marco jurídico más estricto.
«Voy a mejorar la normativa sobre el consumo de cannabis en Tailandia», declaró en rueda de prensa. «Los fumadores de cannabis tendrán que presentar certificados médicos. Los consumidores de cannabis extranjeros y tailandeses tendrán que presentar certificados médicos.»
Una industria multimillonaria bajo presión
A pesar de la intención del gobierno de restringir el cannabis recreativo, aún no se ha tomado ninguna medida definitiva. El sector, cuyo valor anual se estima ahora en más de mil millones de dólares, sigue operando en un espacio semirregulado. Los esfuerzos por controlar su crecimiento han sido parciales: prohibición del cannabis en las escuelas, exigencia de un etiquetado transparente para los productos con infusión de cannabis y, más recientemente, refuerzo de la seguridad en los aeropuertos.
Las autoridades aeroportuarias y de inmigración han intensificado sus esfuerzos para combatir el contrabando de cannabis, sobre todo por parte de extranjeros. Los informes indican que la mayoría de las incautaciones de cannabis en los aeropuertos afectan a turistas británicos e indios. En un caso muy sonado ocurrido en marzo, se incautaron 22 maletas con 375 kg de cannabis en el aeropuerto internacional de la isla de Samui, lo que supuso la detención de 13 extranjeros, la mayoría británicos.
El gobierno británico también ha colaborado con Tailandia en la lucha contra el tráfico internacional de cannabis. Una operación conjunta llevada a cabo en febrero condujo a la incautación de más de dos toneladas de cannabis, y más de 50 ciudadanos británicos han sido detenidos en Tailandia desde julio de 2023 por intentos de contrabando.
Los defensores de los derechos humanos se oponen a las nuevas normas
Mientras que el gobierno tailandés aboga por un mayor control, los defensores del cannabis creen que la prescripción obligatoria de un médico es excesiva.
Según Prasitchai Nunual, secretario general de la Cannabis Future Network, la popularidad del cannabis ya está disminuyendo.
«El cannabis no es popular entre los jóvenes. De hecho, el número de fumadores no ha aumentado en absoluto, lo que ha provocado el cierre de muchas tiendas», afirmó.
A pesar de este descenso, el Ministerio de Sanidad está decidido a aprobar una ley integral del cannabis. El proyecto de ley se está preparando actualmente y tendrá que ser aprobado por el gabinete antes de ser presentado al Parlamento para su debate. Si se aprueba, probablemente formalizará el requisito de la prescripción médica de cannabis y cerrará las lagunas normativas que han caracterizado a la industria del cannabis en Tailandia desde la despenalización.
