Tailandia ha decidido finalmente regular su industria cannábica y mantener el uso del cannabis con fines medicinales
La medida llega tras la decisión inicial del país de despenalizar el cannabis en 2022, siendo el primer país del sudeste asiático en hacerlo. Sin embargo, el fácil acceso y el consumo abierto de cannabis han suscitado un debate público, que ha dado lugar a promesas políticas de controles más estrictos.
El último esfuerzo llega en forma de un nuevo proyecto de ley propuesto por el Ministerio de Salud Pública, que pretende crear un marco más controlado para el uso de la planta en Tailandia.
Nueva legislación para regular el consumo de cannabis
El proyecto de ley propuesto pretende lograr un equilibrio entre el crecimiento de la industria y las preocupaciones por la salud pública.
Aunque sigue permitiendo el cannabis para tratamiento médico, investigación y algunos productos de consumo, impone normas más estrictas para el uso no médico. A diferencia de proyectos anteriores, el nuevo proyecto de ley no prohíbe explícitamente el consumo de cannabis con fines recreativos.
Sin embargo, los consumidores que utilicen el cannabis para fines distintos de los permitidos siguen enfrentándose a sanciones, incluidas multas de hasta 60.000 baht (2.336 dólares suecos). Quienes vendan cannabis o sus derivados con fines no autorizados se enfrentan a penas de hasta un año de cárcel o una multa de 100.000 baht, o ambas.
La ley seguirá permitiendo el uso del cannabis y sus extractos en productos fitoterapéuticos, alimentarios y cosméticos, manteniendo el potencial de la planta en diversas industrias.
Impacto en la industria tailandesa del cannabis
La industria tailandesa del cannabis ha crecido significativamente desde la despenalización en 2022, con más de 9.400 dispensarios funcionando en el país.
El vacío legal tras la despenalización ha permitido la proliferación de dispensarios, sobre todo en Bangkok y otros destinos turísticos populares. Estos establecimientos venden todo tipo de productos cannábicos, desde flores y aceites hasta comestibles con cannabis.
Aunque el nuevo proyecto de ley puede parecer favorable a la industria del cannabis en comparación con versiones anteriores más restrictivas, no deja de plantear dificultades a los cultivadores, vendedores y lugares donde se permite el consumo de alcohol.
Tendrán que solicitar nuevas licencias o permisos para seguir operando legalmente. El incumplimiento de estas normas podría acarrear fuertes multas o penas de prisión, lo que añadiría más presión a un sector ya en auge.
Las normas propuestas para la concesión de licencias de plantación, venta, exportación e importación de cannabis forman parte de un esfuerzo más amplio por introducir controles más estrictos y garantizar la seguridad pública.
Reacciones políticas y públicas
El partido Pheu Thai, que lidera la coalición gobernante, hizo campaña inicialmente con una plataforma que incluía la reclasificación del cannabis como estupefaciente, con el objetivo de restringir su uso con fines médicos por temor a una posible adicción.
Sin embargo, la oposición política, sobre todo del Partido Bhumjaithai, el segundo partido de la coalición, obligó al Pheu Thai a reconsiderar su postura. El Partido Bhumjaithai ha desempeñado un papel importante en la promoción de la despenalización del cannabis, convirtiéndolo en un tema clave de la plataforma política del partido.
Esta fricción política condujo a una inversión de la política, permitiendo que el cannabis siguiera siendo legal por el momento. El nuevo proyecto de ley, aunque impone más restricciones, refleja un compromiso entre estas facciones políticas enfrentadas.
Según el Partido Bhumjaithai, el cambio es una victoria para el pueblo, especialmente para los partidarios de mantener legal el cannabis con fines medicinales.
El público también ha expresado opiniones diversas sobre la cuestión. Una encuesta publicada a principios de este año mostró que una mayoría de tailandeses estaba a favor de reclasificar el cannabis como estupefaciente, lo que refleja la preocupación por las consecuencias para la salud pública de un consumo generalizado y no regulado.
Antes de que el proyecto de ley entre en vigor, el público y los agentes del sector tendrán la oportunidad de hacer comentarios. El Ministerio de Salud Pública ha dado de plazo hasta el 30 de septiembre para que se presenten comentarios y sugerencias. Si se aprueba, se remitirá al Parlamento para su examen final.