En una decisión histórica, la Drug Enforcement Administration (DEA) ha anunciado su intención de trasladar el cannabis de la Lista I a la Lista III de la Ley de Sustancias Controladas (CSA), tal y como recomienda el Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS) de Estados Unidos.
La decisión, que supone una ruptura con más de 50 años de clasificación del cannabis junto a la heroína y niega sus usos médicos, tendrá implicaciones de gran alcance.
¿Qué significa la reclasificación de la Lista I a la Lista III?
La reclasificación propuesta de la Lista I a la Lista III reconoce que el cannabis tiene un uso médico reconocido y un potencial de abuso menor que las sustancias de las Listas I y II. La actualización del cannabis a la Lista III permitiría al gobierno federal reconocer su valor médico, allanando el camino para una mayor investigación y restricciones más laxas en los negocios legales de cannabis en los estados.
Según Marijuana Moment, el cambio «eliminaría las barreras de investigación impuestas actualmente a los científicos que desean estudiar las sustancias de la Lista I». También permitiría a las empresas de cannabis autorizadas por los distintos estados de EE.UU. beneficiarse de deducciones fiscales federales que antes no estaban disponibles en virtud del código 280E del IRS.
«Hoy, el Fiscal General ha hecho circular una propuesta para reclasificar la marihuana de la Lista I a la Lista III. Una vez publicada en el Registro Federal, se iniciará un proceso de reglamentación formal», dijo en un comunicado la Directora de Asuntos Públicos del Departamento de Justicia, Xochitl Hinojosa.
Fuentes cercanas al proceso de reclasificación, que hablaron bajo condición de anonimato con Cannabis Wire, confirmaron que se espera que un memorando de la Oficina de Asesoría Jurídica del DOJ -el Fiscal General ha solicitado su asesoramiento legal- se publique junto con el Notice of Public Rulemaking de la DEA en el Federal Register.
Algunos detalles sobre el memorándum: afirmará que la Convención Única de Estupefacientes no es un impedimento para pasar el cannabis de la Lista I a la Lista III, que la prueba en dos partes realizada por el HHS para apoyar su recomendación es suficiente, y que la DEA debe diferir sustancialmente a las conclusiones del HHS a favor de la Lista III, tras los comentarios públicos.
Implicaciones jurídicas y prácticas
A pesar de este gran avance, hay que tener en cuenta que la reclasificación del cannabis no equivale a una legalización. En lo que respecta a la fabricación, distribución y posesión de cannabis recreativo, estas actividades siguen siendo ilegales en virtud de la legislación federal y todavía pueden ser objeto de enjuiciamiento federal, independientemente de su situación en virtud de la legislación estatal.
Además, aunque algunas penas por actividades relacionadas con el cannabis puedan reducirse en virtud de la Lista III, el cannabis seguirá considerándose una sustancia ilegal a nivel federal.
La reclasificación del cannabis es prometedora para la investigación científica sobre el cannabis. Como reconoce el ex administrador de la DEA, Asa Hutchinson, la reclasificación podría facilitar la realización de más estudios, contribuyendo a una mejor comprensión de los efectos del cannabis sobre la salud. Esto podría conducir a una mayor aceptación de medicamentos a base de cannabis que cumplan las normas de prescripción de la FDA.
Aunque la propuesta de la DEA es un importante paso adelante, sus implicaciones plantean cuestiones más amplias sobre la política federal de cannabis. Como se señala en un Informe del Congreso, el Congreso conserva la potestad de promulgar cambios más sustanciales, como la rebaja de categoría o la legalización del cannabis a través de la acción legislativa. La reciente reintroducción de un proyecto de ley de legalización por parte del líder de la mayoría del Senado, Chuck Schumer, es un testimonio de los esfuerzos en curso para revisar las leyes federales sobre el cannabis.
El sentimiento de los estadounidenses hacia el cannabis ha cambiado significativamente, como se refleja en la propuesta de reclasificación. De hecho, Asa Hutchinson señala que, aunque el consenso médico sobre los beneficios del cannabis va a la zaga de la opinión pública, la reclasificación coincide con la percepción social del valor del cannabis.
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