Seis meses después de la apertura de la primera tienda de cannabis legal de Europa en Suiza, los expertos apuntan tendencias a favor de la venta regulada y de métodos de consumo de «menor riesgo», como los edibles y las extracciones.
Los primeros datos recogidos en el marco del Proyecto Grashaus en el cantón de Basilea-Landschaft, que se puso en marcha a finales de 2023 y tiene una duración prevista de cinco años, han sido publicados por Sanity Group.
El estudio piloto es uno de los siete aprobados por la Oficina Federal de Salud Pública (OFSP) para examinar los efectos de la venta legal y regulada de cannabis recreativo a través de tiendas especializadas con licencia en diferentes partes del país.
La primera de estas tiendas se abrió en Allschwil en diciembre. Los especialistas formados, conocidos como budtenders, se encargan de educar a los asistentes sobre un consumo más seguro y de asesorarles sobre los distintos productos del cannabis, como flores secas, haschisch, extractos, vapes y comestibles.
Se cree que actualmente hay más de 700 personas inscritas en el estudio, en el que se espera que participen hasta 4.000 personas. Alrededor del 80% de los participantes son hombres, y casi una cuarta parte de ellos tienen entre 23 y 27 años.
El comportamiento de consumo y la salud física y mental de los participantes se registran durante todo el periodo de estudio, y las repercusiones sociales -sobre todo en términos de seguridad y orden públicos- se analizan en estrecha colaboración con la Fiscalía y las autoridades sanitarias y sociales competentes.
Tendencia hacia formas de consumo de menor riesgo
Los participantes en el proyecto ya han observado una tendencia visible hacia formas de consumo de «menor riesgo» y un descenso del consumo de flores y hachís.
El primer análisis provisional de los datos recogidos hasta ahora se ha centrado en el desglose por edad y sexo de los participantes, las cantidades de productos de cannabis distribuidos, las formas y frecuencia de consumo y los abandonos.
Se observó un descenso en el consumo medio de flores y hachís por participante unos cuatro meses después del inicio del estudio, siendo las formas alternativas de consumo como extractos, vapes y edibles las que mostraron un mayor crecimiento.
Se dice que las ventas de extractos en particular han aumentado alrededor de un 50% desde el inicio del estudio, una evolución que podría deberse al «asesoramiento profesional específico» sobre formas de consumo menos perjudiciales para la salud que fumar.
Los consumidores quieren productos seguros y de calidad
La reacción inicial al proyecto piloto se consideró «positiva», siendo la «seguridad del suministro» y la «calidad del producto» los principales motivos de participación.
Al parecer, se distribuyeron más de 5.000 productos, entre ellos unos 35 kg de flores de cannabis y 4 kg de hachís, en los dos puntos de venta de Allschwil y Liestal.
Según los investigadores, la proporción de compras paralelas de productos procedentes del mercado ilegal parece estar disminuyendo como consecuencia de ello.
En las encuestas realizadas al inicio del estudio, los sujetos declararon que obtenían cannabis de fuentes ilegales una media de unos veinte días al mes.
Durante su participación en el estudio, esta cifra se redujo en un 50%, situándose en unos diez días. Al mismo tiempo, el número de días al mes durante los cuales los sujetos consumieron los productos del estudio fue de unos 20 días.
El profesor Michael Schaub, Director Científico del Instituto Suizo de Investigación sobre Adicciones y Salud (ISGF), que dirige el estudio, comentó: «El hecho de que hayamos podido registrar estos primeros éxitos, gracias sobre todo al asesoramiento profesional específico en los puntos de venta, es una fuente de esperanza». El objetivo del proyecto piloto, que es proporcionar a los consumidores productos seguros y de alta calidad de fuentes controladas, minimizando así los riesgos para la salud en particular, sigue siendo, por supuesto, el objetivo principal.
Y añadió: «Esperamos desestigmatizar el consumo de cannabis, crear una base objetiva para el futuro debate sobre la legalización en Suiza y poder demostrar a largo plazo que una amplia gama de productos de alta calidad puede representar una alternativa real para los consumidores frente al mercado no regulado.»
Todos los productos son fabricados por el socio de cultivo suizo SwissExtract de acuerdo con los requisitos de calidad de la Ordenanza sobre Ensayos Piloto de la Ley de Estupefacientes (BetmPV). La flor cuesta actualmente entre 8 y 12 francos suizos el gramo, dependiendo del contenido de THC.
Está previsto ajustar los precios y ampliar la gama de productos disponibles para competir con el mercado ilegal.
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