Cáncer

¿Por qué cada vez más adultos jóvenes contraen cáncer y puede el cannabis marcar la diferencia?

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El cáncer solía considerarse una enfermedad de la vejez. Hoy afecta cada vez a más personas de entre 20 y 49 años, y los científicos intentan entender por qué. Al mismo tiempo, nuevas investigaciones plantean una pregunta provocadora: ¿podría el cannabis desempeñar un papel en la prevención, o incluso en la lucha contra estos cánceres?

Un cambio preocupante en las tendencias del cáncer

Los Institutos Nacionales de la Salud (NIH), la agencia de investigación médica estadounidense, informan de que entre 2010 y 2019, los casos de 14 tipos de cáncer se dispararon en personas menores de 50 años. Entre ellos, cáncer colorrectal, cáncer de mama, cáncer de páncreas, cáncer de riñón y linfomas.

Los investigadores dicen que las razones son complejas: «Es probable que las causas de estas incidencias sean específicas del cáncer, incluidos los factores de riesgo de cáncer que se vuelven más prevalentes a edades más tempranas, los cambios en el cribado o la detección del cáncer y las actualizaciones en el diagnóstico clínico o la codificación del cáncer.»

Más allá de la genética, el estilo de vida es un factor determinante. La obesidad, los alimentos procesados, el sedentarismo, el alcohol y las toxinas ambientales son factores importantes.

¿Podrían los compuestos del cannabis ser parte de la solución?

Durante décadas, los pacientes han recurrido al cannabis para aliviar su dolor. Pero no ha sido hasta hace poco que la ciencia ha empezado a trazar el mapa de cómo los cannabinoides podrían interactuar directamente con las células cancerosas.

Un estudio 2025 de más de 10.000 estudios concluyó que existen «pruebas convincentes» de que el cannabis puede aliviar la inflamación, las náuseas y la pérdida de apetito durante el tratamiento. Y lo que es más sorprendente, los investigadores observaron indicios de que los cannabinoides podrían inducir la apoptosis (muerte celular programada) y reducir la propagación de los tumores.

Algunos ejemplos:

  • Cáncer colorrectal: un equipo de la Universidad de Nápoles descubrió que el cannabigerol (CBG) «inhibe el crecimiento de células de cáncer colorrectal […] e impide el desarrollo y el crecimiento de la carcinogénesis de colon in vivo».
  • Cáncer de mama: Amy de la Harpe, de la Universidad Mandela, descubrió que los cannabinoides podían desencadenar la «paraptosis inducida por cannabinoides», lo que provocaba la muerte de las células de cáncer de mama.
  • Cáncer de páncreas: los científicos de Dana-Farber y UMass probaron un nuevo derivado, el flavonoide FBL-03G, y afirmaron: «Los resultados de FBL-03G revelan un nuevo potencial […] para seguir investigando en el tratamiento del cáncer de páncreas, donde se necesitan urgentemente nuevas opciones terapéuticas.»
  • Cáncer de estómago
  • Cáncer de estómago: algunos estudios sugieren que el CBD podría ayudar a bloquear el crecimiento tumoral y promover la apoptosis en células de cáncer de estómago.

Cómo jóvenes supervivientes ya consumen cannabis

La ciencia no se limita a los laboratorios. Muchos jóvenes supervivientes de cáncer ya están experimentando con el cannabis para hacer frente a sus retos diarios.

Una revisión exploratoria realizada en 2025 por Schubel et al. analizó 15 estudios de supervivientes de entre 18 y 39 años. Descubrieron que el cannabis se utilizaba tanto con fines médicos como recreativos, para aliviar el dolor, las náuseas, el insomnio y la ansiedad. Los supervivientes informaron a menudo de beneficios, pero los investigadores advirtieron de que los datos eran irregulares: «Los estudios eran principalmente transversales y examinaban el consumo durante el tratamiento, con menos información sobre el consumo no médico y el consumo después del tratamiento.»

Esto pone de manifiesto una brecha entre la experiencia de los pacientes y las pruebas científicas, que futuras investigaciones deberán subsanar.

No es una solución milagrosa, sino una herramienta

Los expertos piden cautela: «El cannabis no debe considerarse una solución única y universal para el cáncer. Tampoco sustituye a los tratamientos convencionales contra el cáncer, como la quimioterapia y la radioterapia, pero puede complementarlos para mejorar las posibilidades de supervivencia y éxito de los pacientes.»

La clave está en el equilibrio: combinar el consumo responsable de cannabis con medicina basada en la evidencia, alimentación sana, ejercicio y control del estrés.

El aumento de cánceres precoces nos está obligando a replantearnos nuestra forma de entender el riesgo y el tratamiento del cáncer. En lo que respecta al cannabis, la cuestión ya no es sólo el alivio de los síntomas, sino si ciertos compuestos podrían algún día formar parte de la oncología tradicional.

Por el momento, la ciencia es prometedora pero incompleta. Lo que está claro es que los pacientes jóvenes ya están recurriendo al cannabis y la comunidad médica tendrá que ponerse al día.

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