Malta fue el primer país europeo en poner fin a la prohibición del cannabis en diciembre de 2021. Desde entonces, se han creado 11 asociaciones de reducción de daños del cannabis (CHRA) para ofrecer a los residentes un acceso más seguro al cannabis.
La experta en reducción de daños Karen Mamo fue entrevistada por Malta Today y da su opinión sobre la regulación maltesa, sus carencias y cómo puede cambiar en 2025.
Las deficiencias de la regulación del cannabis en Malta
Una de las decisiones recientes más controvertidas de la Autoridad para el Uso Responsable del Cannabis (ARUC) fue la prohibición en 2024 del uso de vaporizadores de hierba en los CHRA.
Vaping es ampliamente considerado como uno de los métodos menos dañinos de consumir cannabis. Karen Mamo explica que esta decisión ha impedido la integración de principios prácticos de reducción de daños en las asociaciones cannábicas maltesas y contradice los objetivos originales de la reforma del cannabis en Malta.
Otro hecho preocupante, según Karen Mamo, es la propuesta de la CURA de introducir salas para fumadores en los CHRA. Fumar cannabis -especialmente cuando se combina con nicotina- conlleva mayores riesgos para la salud, incluida una mayor adicción. Mamo se pregunta por qué las autoridades dan prioridad a una práctica tan arriesgada en lugar de promover métodos más seguros como el vapeo.
Además, el marco regulador maltés aún no ha abordado la producción de hachís y productos comestibles dentro de las CHRA. Si se permite, esta práctica podría asestar un duro golpe al tráfico ilegal de cannabis.
La Sra. Mamo también subraya la importancia de actuar con cautela a la hora de introducir concentrados de cannabis, que contienen altos niveles de THC. Estos productos deben dirigirse a consumidores experimentados y estar regulados.
Sin embargo, Karen Mamo advierte contra la adopción sin cautela de un modelo al estilo canadiense, que podría conducir a una industria comercial dominada por empresarios con ánimo de lucro. En su opinión, un cambio de este tipo podría hacer descarrilar los objetivos de reducción de daños de Malta y socavar su compromiso con una reforma de la política de drogas basada en los derechos humanos.
Principales recomendaciones para 2025
Para realinear la reforma del cannabis de Malta con sus objetivos de reducción de daños y justicia social, Karen Mamo sugiere varios pasos cruciales:
1. Desarrollar espacios seguros e inclusivos
Karen Mamo aboga por la creación de espacios seguros dentro de los ACHR que prioricen los derechos sanitarios, sociales y legales de los consumidores de cannabis. Las campañas educativas deberían ir más allá de la prevención y ofrecer herramientas prácticas de reducción de daños. Involucrar a profesionales con experiencia vivida en el consumo de cannabis ayudaría a diseñar políticas y programas inclusivos. Este enfoque garantizaría que la reforma siga centrándose en la salud pública y no en los intereses comerciales.
2. Introducir herramientas de reducción de daños
Las CHRAs deberían estar equipadas para producir haschisch y edibles, pero sólo a partir de flores de cannabis para mantener el control de calidad. Los miembros también deberían tener acceso a métodos de consumo menos arriesgados, como los vaporizadores.
Las iniciativas de equidad social son otro elemento clave. Mamo subraya la importancia de distribuir gratuitamente los excedentes de cannabis a grupos vulnerables, como los que lo consumen como alternativa a sustancias de alto riesgo o las personas con dificultades socioeconómicas. Estas medidas devolverían la dignidad y darían poder a las comunidades.
3. Fortalecer la supervisión y la gobernanza
Mamo recomienda colaboraciones independientes con instituciones de renombre como la Red Europea de Reducción de Daños y el Instituto Trimbos. La transparencia, la responsabilidad y la adhesión a la Estrategia Antidroga de la UE (2021-2025) deben guiar el enfoque regulador de Malta.
Perspectivas del mercado hasta 2025
A pesar de estas lagunas normativas, el mercado maltés del cannabis muestra un potencial prometedor para 2025. Si se permite a las CHRA producir hachís y comestibles, la influencia de los mercados ilegales podría reducirse significativamente.
La investigación en otros países también ofrece valiosas perspectivas. Por ejemplo, los estudios sobre Clubes Sociales de Cannabis destacan la importancia de diseñar políticas de reducción de daños en colaboración con consumidores y reguladores. Este enfoque colaborativo garantiza que la reforma del cannabis priorice la justicia social sobre los intereses comerciales.
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