El nuevo proyecto de ley de finanzas del Gobierno francés (PLF 2026) podría sacudir el mercado del CBD en el país. La propuesta, aún en fase de debate, pretende introducir un impuesto especial sobre los productos CBD reservando su venta exclusivamente a los estancos. La idea es aportar estructura y trazabilidad a un sector que se ha desarrollado rápidamente en una zona gris jurídica.
Pero entre los propios estanqueros, las reacciones son diversas. Aunque acogen con satisfacción el reconocimiento de su papel como minoristas regulados, rechazan firmemente la perspectiva de un nuevo impuesto que podría hacer que el CBD sea más caro que el cannabis que se vende en la calle.
«Nunca hemos pedido un impuesto», insiste Philippe Glory, portavoz de la Confédération des buralistes, la asociación nacional de estancos franceses. «Si el CBD se vuelve más caro que lo que se vende ilegalmente, se pierde el objetivo»
Para él, la cuestión no es la fiscalidad, sino la claridad. La confederación quiere un marco legal definido -con trazabilidad, límites de edad y normas de producto- y no una carga financiera adicional que podría ahogar un mercado que aún está en pañales.
CBD: una fuente de ingresos modesta pero creciente
A pesar de la creciente profesionalidad, el CBD todavía no es una fuente importante de ingresos para los 22.800 estancos franceses. «El tabaco sigue representando alrededor de la mitad de nuestras ventas», explica el portavoz. «Le siguen las loterías y los juegos, la prensa y el vapeo. El CBD ocupa el segundo lugar
Insiste, sin embargo, en que este ranking depende mucho de la ubicación de cada tienda. «Algunos colegas situados en el centro de las ciudades viven bien de la venta de snacks o bebidas para llevar, mientras que otros se concentran en el vapeo o el CBD. Todo es cuestión de adaptarse»
A diferencia del tabaco, el CBD es un producto de margen, lo que significa que los estancos pueden negociar directamente con los proveedores.
«Es uno de los pocos productos en los que podemos controlar el precio», afirma. «Eso es importante para nosotros»
Los buralistas quieren regulación, pero no burocracia
Si hay un mensaje que destaca del discurso de los estanqueros es éste: quieren normas más claras, no menos regulación.
«Pedimos un marco legal que nos permita vender con total seguridad», insiste el portavoz. «Hoy no hay nada escrito. Técnicamente, se podría vender CBD a un menor, lo que es absurdo»
La confederación ya ha publicado dos guías sobre CBD para sus miembros y difunde regularmente información en su revista mensual Le Losange. Cada número contiene artículos sobre buenas prácticas y actualizaciones sobre lo que está permitido y lo que no. «También hemos organizado conferencias y sesiones informativas en nuestras ferias», añade.
Un «no» rotundo al impuesto especial sobre el CBD
Uno de los temas más candentes a finales de este año es la propuesta de un impuesto especial sobre el CBD en el proyecto de ley de finanzas para 2026 (PLF 2026). Aunque esta medida parece tratar al CBD como al tabaco, los estanqueros se oponen firmemente a ella.
«Nunca pedimos este impuesto», dice el portavoz. «Si el CBD se vuelve más caro que el cannabis que se vende en la calle, es ridículo. Es contraproducente»
Argumenta que un impuesto así no sólo perjudicaría los márgenes de los estancos, sino que también empujaría a los consumidores hacia productos ilegales. «Es contraproducente para la salud pública», añade. «En su lugar, pedimos un marco legal claro y trazabilidad, no costes adicionales que hagan inviable el mercado»
Dice que la confederación está esperando a que evolucione el debate parlamentario para tomar una postura oficial, pero su posición ya es clara: regulación, sí; sanciones fiscales, no.
Posición sobre los límites de THC: «Respetamos la ley»
En cuanto al límite de THC, fijado actualmente en el 0,3% en Francia, los estanqueros se mantienen neutrales. «No tenemos que tomar partido», dice el portavoz. «Si la ley se cambia al 0,6% o al 1%, nos adaptaremos. Vendemos lo que está autorizado
Subraya que su principal preocupación no es el nivel de THC per se, sino la integridad del producto. «Queremos una trazabilidad total: envases precintados, códigos QR en el producto y análisis de laboratorio», explica. «Con demasiada frecuencia, seguimos viendo proveedores con certificados falsos o correcciones en blanco en los informes de laboratorio»
La confederación recuerda periódicamente a sus miembros que no vendan CBD a granel y que comprueben los documentos de sus proveedores. «Si un producto llega precintado, estás protegido. Si está abierto o reenvasado, corres riesgos», advierte.
Una red preparada para la licencia y la trazabilidad
Los estancos creen que su sistema actual ya cumple los requisitos de un futuro régimen de licencias CBD. Cada estanco debe poseer una autorización estatal y tener expedientes penales limpios. «Ya estamos controlados por las aduanas. No es el caso de todas las tiendas CBD», señala.
Para ellos, esto demuestra que la red podría servir de base para un sistema de distribución CBD responsable. «Sería absurdo que cualquiera pudiera vender un producto sensible como el CBD, mientras que los estancos, que están formados y controlados, no pueden hacerlo», argumenta.
No se oponen a un sistema oficial de licencias; al contrario, lo ven como una oportunidad para estandarizar la calidad y garantizar una formación homogénea. «Ya formamos a nuestros miembros en todo: prensa, banca, vaping», afirma. «La formación en CBD no es más que una extensión natural de lo que hacemos»
Los cursos, impartidos periódicamente por las federaciones locales, abarcan desde los orígenes de la planta de cannabis hasta las prácticas responsables de venta al por menor.
«Enseñamos sobre los distintos productos -flores, resinas, aceites-, pero también explicamos qué son los terpenos y cómo hablar de los efectos con seguridad», explica. El objetivo: convertir a los estanqueros en actores creíbles de un mercado aún poco definido en Francia.
La frontera entre lo natural y lo sintético
Al tiempo que defiende su derecho a vender CBD, la Confederación traza una línea clara contra los cannabinoides sintéticos como HHC o H4CBD. «Son mucho más violentos que el cannabis tradicional», insiste el portavoz. «No los queremos»
En los últimos meses, los estanqueros han desempeñado incluso el papel de informadores de los reguladores, alertándoles sobre productos peligrosos o mal etiquetados. «Hemos mostrado a las aduanas lo que realmente se vende», afirma, criticando a la burocracia por su inercia y lentitud para reaccionar. «Necesitamos una regulación más rápida e inteligente
Para ellos, el futuro está en el CBD natural y trazable, no en los atajos químicos.
El modelo ideal: seguridad, formación y trazabilidad
Preguntado por el modelo normativo ideal para 2030, el portavoz responde con claridad: «Queremos productos nobles, seguros, sellados y trazables. Y queremos que los consumidores estén informados»
Según él, la confusión entre CBD y THC sigue estando muy extendida entre los consumidores franceses. «Todavía oímos a gente decir que son la misma cosa», suspira. «Por eso la formación, tanto de vendedores como de clientes, es crucial»
Para la Confédération des buralistes, el futuro del CBD en Francia debe apoyarse en tres pilares: claridad, control y credibilidad. Esto significa formar a los minoristas, rastrear los productos y rechazar los atajos oportunistas, ya sean fiscales, sintéticos o políticos.
«No pedimos privilegios», concluye el portavoz. «Sólo queremos hacer las cosas bien. El mercado del CBD merece profesionalidad, no improvisación»
 
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