El programa de cannabis medicinal de Nebraska sufre otro revés. Aunque fue aprobado mayoritariamente por los votantes, la Comisión de Cannabis Medicinal incumplió el plazo del 1 de octubre de 2025 para expedir las primeras licencias.
Dos comisionados, Bruce Bailey y Kim Lowe, dimitieron a petición del gobernador Jim Pillen, pocos días antes de la reunión decisiva. Por tanto, el proceso se ha aplazado al menos una semana, mientras los miembros restantes examinan las candidaturas antes de reunirse de nuevo el 7 de octubre.
«Estamos haciendo todo lo posible para que las licencias se expidan con rapidez», ha declarado la comisaria Lorelle Mueting.
Presión política y amenazas legales
Estas tensiones se suman a un clima político ya de por sí tormentoso. Las salidas de Bailey y Lowe se producen tras las acusaciones de corrupción contra un ex director de la Junta de Control de Licores, sin que los dos comisionados estén implicados. Opuesto al uso recreativo, el gobernador Jim Pillen promete una estricta supervisión y debe nombrar a sus sustitutos.
Al mismo tiempo, el fiscal general Mike Hilgers amenaza con demandar a la comisión en cuanto se concedan las primeras licencias, argumentando que la autorización estatal entra en conflicto con la ley federal. Esta postura, ya expresada en varias ocasiones, está alimentando los temores de una larga batalla legal, mientras los pacientes siguen esperando poder acceder al programa.
El fiscal general de EE UU, Mike Hilgers, se ha mostrado dispuesto a demandar a la Comisión en cuanto se concedan las primeras licencias
Qué establece la normativa
De concretarse, la normativa de Nebraska crearía uno de los marcos regulatorios más estrictos para el cannabis medicinal en el país. Permitirían:
- Hasta cuatro cultivadores (cada uno de ellos limitado a 1.250 plantas con flores)
- Cuatro fabricantes
- de cannabis medicinal
Cuatro fabricantes
Doce dispensarios distribuidos por los partidos judiciales
Doce transportistas para entregar los productos
Los pacientes estarían limitados a 5 onzas de cannabis medicinal (140 gramos) por periodo de 30 días, con un tope de 5 gramos de THC delta-9 cada 90 días procedentes del mismo dispensario. Estaría prohibido fumar, vapear, consumir comestibles y flor cruda. Los dispensarios sólo podrán vender comprimidos orales con un mínimo de aromatizantes.
Los defensores afirman que estas restricciones van en contra de la ley aprobada por los votantes. En la reunión del 1 de octubre, los ciudadanos instaron a la comisión a incluir opciones de consumo por inhalación (quemar o vapear), diciendo que la comisión estaba «reescribiendo» la ley en lugar de aplicarla.
«Esto va más allá de su autoridad, va en contra de la voluntad de los votantes y es ilegal», dijo la activista Angelica Marsaglia.
La urgencia de los pacientes frente a los retrasos políticos
Para los pacientes, el retraso tiene consecuencias reales. El candidato cultural Troy Burgess explicó que, incluso una vez concedida la licencia, los productos tardarían cinco meses en llegar a los fabricantes y otras cuatro o seis semanas en abastecer los dispensarios.
«Estos pacientes necesitan alivio», dijo Burgess. «Podemos empezar hoy
Se espera que el programa asista inicialmente a unos 20.000 pacientes. Pero hasta que se concedan las licencias, los nebraskenses con una recomendación médica siguen sin poder comprar cannabis legalmente.
La Comisión de Cannabis Medicinal volverá a reunirse el 7 de octubre para decidir si concede las primeras licencias de cultivo. El 15 de octubre se celebrará en Lincoln una audiencia pública sobre la normativa, en la que los residentes tendrán de nuevo la oportunidad de dar su opinión.
Hasta entonces, Nebraska sigue siendo el 39º estado que ha aprobado una ley de cannabis medicinal, pero sin un mercado en funcionamiento.
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