Un estudio revela los poderes de los cannabinoides menores para los problemas de piel

Un nuevo estudio sugiere que algunos de los cannabinoides menos conocidos producidos por el cannabis – a saber, THCV, CBDV, CBC, CBM y CBN – podrían ayudar a tratar afecciones dermatológicas como la psoriasis, el eccema y el acné.

«Los resultados de este estudio sugieren que los cannabinoides menores encierran una promesa terapéutica en el tratamiento de enfermedades dermatológicas», afirma el estudio, publicado esta semana en la revista revisada por pares Molecules.

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«La incorporación de cannabinoides menores a las terapias dermatológicas podría ofrecer nuevas opciones de tratamiento a los pacientes y mejorar su bienestar general.»

Para llegar a estas conclusiones, las investigadoras polacas Emilia Kwiecień y Dorota Kowalczuk revisaron la literatura existente publicada en revistas científicas y descubrieron que los cannabinoides menores «exhiben diversas actividades farmacológicas, incluyendo propiedades antiinflamatorias, analgésicas, antimicrobianas y antiprurito.» Algunos estudios «han informado de su eficacia para aliviar los síntomas asociados a enfermedades dermatológicas como la psoriasis, el eccema, el acné y el prurito», señalan los autores.

Algunos cannabinoides menores parecen ser especialmente adecuados para el tratamiento de enfermedades específicas. «El CBDV, con sus propiedades antiinflamatorias, puede utilizarse para aliviar síntomas cutáneos como el picor y la inflamación en el tratamiento de la dermatitis atópica (DA)», escriben los autores, por ejemplo. El cannabinoide, «gracias a sus propiedades antiinflamatorias y antioxidantes, también puede tener un efecto curativo en las lesiones del acné».

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«Otros cannabinoides descubiertos recientemente, como CBM y CBE, también han demostrado potencial antiinflamatorio», prosigue el estudio. «Representan una nueva alternativa para llevar a cabo investigaciones científicas sobre enfermedades específicas. Del mismo modo, el CBC, con sus efectos antiinflamatorios y antioxidantes, podría tener un impacto beneficioso en el tratamiento del acné, la psoriasis y la enfermedad de Alzheimer.»

El THCV, por su parte, «tiene muchas propiedades prometedoras en la lucha contra el acné», ya que puede ayudar a regular la producción de sebo. También «tiene propiedades antiinflamatorias y antibacterianas que pueden ayudar a aliviar la inflamación y combatir las bacterias responsables del desarrollo del acné».

En total, los investigadores identificaron posibles aplicaciones terapéuticas para los cannabinoides menores CBDV (cannabidivarina), CBDP (cannabidiforol), CBC (cannabicromeno), THCV (tetrahidrocannabivarina), CBGA (ácido cannabigerólico), CBG (cannabigerol) y CBN (cannabinol), así como los cannabinoides más recientemente descubiertos CBM (cannabimovona) y CBE (cannabielsoína).

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Se cree que estos efectos se deben a la interacción de los cannabinoides con el sistema endocannabinoide del organismo, «un sistema regulador central responsable del mantenimiento de la salud y el buen funcionamiento de casi todos los organismos», explican los autores del estudio. «Cada vez hay más pruebas de que la señalización endocannabinoide desempeña un papel crucial en la regulación de los procesos biológicos de la piel. Muchas funciones de la piel, como la respuesta inmunitaria, la proliferación celular, la diferenciación y la supervivencia, están reguladas, al menos parcialmente, por el sistema endocannabinoide, y la supresión de la inflamación cutánea es una de sus funciones más importantes.»

Las aplicaciones tópicas de cannabinoides menores podrían incluso ayudar a mitigar los efectos del envejecimiento, según el estudio.

Los autores subrayan que es necesario investigar más sobre los cannabinoides menores «para confirmar su eficacia y seguridad», pero reconocen que aún existen barreras para avanzar.

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«El impacto sobre el sistema nervioso, las cuestiones relacionadas con la calidad y la regulación del producto, así como los aspectos éticos y legales, incluidos los relativos a la legalidad, requieren una cuidadosa consideración», escriben. «Por lo tanto, a pesar de las prometedoras perspectivas terapéuticas, el uso de cannabinoides, en particular los cannabinoides menores, requiere más investigación, regulación y un enfoque equilibrado para garantizar los beneficios y minimizar al mismo tiempo los posibles riesgos para la salud y la sociedad.»

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