Un nuevo estudio revela que el cannabis es un tratamiento seguro y eficaz para el dolor oncológico

Un nuevo estudio realizado por un equipo de investigadores irlandeses, estadounidenses y canadienses ha descubierto que el cannabis medicinal es un tratamiento seguro y eficaz para el dolor del cáncer cuando se combina con otros fármacos.

Los investigadores, afiliados al Royal College of Surgeons de Dublín y al Programa de Cannabis Medicinal en Oncología del Cedars Cancer Centre de Canadá, la Universidad McGill y la Facultad de Medicina de Harvard, concluyeron que el cannabis medicinal es «un tratamiento complementario seguro y eficaz para aliviar el dolor en pacientes con cáncer».

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El estudio, publicado esta semana en la revista BMJ Supportive & Palliative Care, pretendía determinar la eficacia del cannabis medicinal para reducir el dolor en pacientes con cáncer. El estudio también examinó la eficacia del cannabis medicinal para reducir el consumo de otros medicamentos en pacientes con cáncer.

«Nuestros datos sugieren un papel para el cannabis medicinal como una opción de tratamiento segura y complementaria en pacientes con cáncer que no logran un alivio adecuado del dolor con analgésicos convencionales, como los opioides», escriben los autores del estudio.

En su introducción, los investigadores señalan que alrededor del 38% de los pacientes con cáncer padecen dolor de moderado a intenso. Esta tasa es aún mayor en algunos grupos de pacientes: el 55% de los pacientes sometidos a tratamiento oncológico y el 66% de los pacientes con enfermedad avanzada, metastásica o terminal experimentan dolor. Los analgésicos, a menudo opiáceos potentes, son el tratamiento estándar del dolor oncológico, pero alrededor de un tercio de los pacientes que utilizan estos fármacos siguen experimentando dolor.

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Para llevar a cabo este estudio, el equipo de investigación encuestó a 358 pacientes adultos con cáncer durante un periodo de tres años para recopilar datos reales sobre el dolor oncológico y su tratamiento. La edad media de los participantes en el estudio era de 57 años y el 48% de los pacientes eran varones. Los cánceres más frecuentes fueron el genitourinario, el de mama y el intestinal.

Aproximadamente una cuarta parte de los pacientes recibieron productos de cannabis medicinal ricos en THC, el 17% fórmulas con predominio de CBD y el 38% una mezcla equilibrada de ambos productos. Cada tres meses durante un año, se preguntó a los participantes en el estudio cuánto dolor experimentaban. También se les preguntó cuánta medicación tomaban para tratar el dolor.

El cannabis medicinal reduce el dolor del cáncer

A los tres, seis y nueve meses del inicio del estudio, los pacientes experimentaron una reducción significativa del dolor, medida por factores como la gravedad del dolor, la intensidad media del dolor y la interferencia general con la vida diaria. Además, la investigación descubrió que las fórmulas de cannabis medicinal que contenían una mezcla equilibrada de THC y CBD eran las más eficaces para reducir el dolor experimentado por los pacientes del estudio.

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Los investigadores también observaron una reducción en el número de medicamentos tomados por los participantes durante el periodo de estudio y concluyeron que el cannabis medicinal era una opción complementaria segura y eficaz para los pacientes.

«El perfil de seguridad particularmente bueno del [cannabis medicinal] hallado en este estudio puede atribuirse en parte a la estrecha supervisión de los profesionales sanitarios que autorizaron, dirigieron y controlaron [el] tratamiento», escriben los investigadores.

En general, los pacientes del grupo de estudio toleraron bien los productos de cannabis medicinal. Los efectos secundarios más frecuentes de los tratamientos con cannabis medicinal fueron la fatiga y la somnolencia, pero sólo por parte de dos y tres pacientes, respectivamente.

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El equipo de investigadores recomendó realizar más estudios sobre el uso del cannabis como tratamiento para el dolor oncológico, escribiendo que sus «resultados deberían confirmarse mediante ensayos aleatorios controlados con placebo». También recomendaron más investigación «en particular para comprender los beneficios y riesgos de estos fármacos para niños y jóvenes».

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