Una redada de inmigración en una plantación de cannabis de California se salda con una trágica muerte

El pasado jueves, agentes de ICE(Immigration and Customs Enforcement) llevaron a cabo incursiones en dos granjas de cannabis operadas por Glass House Farms en Carpinteria y Camarillo, al sur de California.

La operación se saldó con la detención de unos 200 trabajadores, muchos de ellos indocumentados, y la muerte de Jaime Alanis, un peón que llevaba más de una década trabajando recogiendo tomates en el lugar.

Los trabajadores fueron retenidos durante horas, obligados a borrar vídeos de sus teléfonos y marcados con tinta en las manos para indicar su situación migratoria.

Según el sindicato United Farm Workers (UFW), Alanis resultó herido de muerte tras caer 9 metros desde un edificio al intentar escapar de la redada. Su muerte se confirmó al día siguiente. El sindicato compartió su tristeza en las redes sociales: «Lamentamos confirmar que un trabajador agrícola ha fallecido como consecuencia de las heridas sufridas durante la operación de inmigración de ayer.»

El sindicato también informó de que algunos ciudadanos estadounidenses seguían desaparecidos el viernes.

El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) señaló que las redadas se llevaron a cabo en virtud de órdenes de registro válidas y se saldaron con la detención de cuatro ciudadanos estadounidenses por agredir o resistirse a agentes federales. Se ha ofrecido una recompensa de 50.000 dólares por información que permita identificar al sospechoso que presuntamente disparó contra los agentes.

Humo, helicópteros y familias aterrorizadas

Los presentes describieron una operación altamente militarizada: agentes con camuflaje, máscaras y gases lacrimógenos, granadas de humo llenando el aire y helicópteros sobrevolando. Los manifestantes, entre los que se encontraban familiares de los trabajadores detenidos, se congregaron frente a las granjas para exigir información, pero fueron recibidos con gases lacrimógenos y agresivas tácticas de control de multitudes.

Imágenes y vídeos publicados en las redes sociales mostraban a niños huyendo del humo, personas luchando por respirar y al menos tres civiles hospitalizados por dificultades respiratorias. El gobernador de California,Gavin Newsom reaccionó con dureza republicando un vídeo con el comentario: «Niños huyendo de gases lacrimógenos y llorando por teléfono porque acaban de secuestrar a su madre en el campo». Trump me llama newscum, pero él es la verdadera escoria»

https://x.com/GavinNewsom/status/1943469956181692448

Según Euronews, la Guardia Nacional había sido desplegada para apoyar las operaciones del ICE en California, con tropas, algunas a caballo, patrullando zonas públicas de Los Ángeles. Esta respuesta militarizada suscitó dudas sobre su proporcionalidad, sobre todo teniendo en cuenta el carácter no violento de los lugares de trabajo atacados.

Glass House: «Hemos cumplido plenamente»

Glass House Farms, un productor de cannabis legal fundado por el ex agente de la policía de Los Ángeles Kyle Kazan, emitió un comunicado en el que reconocía los registros y afirmaba que había cumplido plenamente con las órdenes de registro. La empresa insistió en que nunca había violado a sabiendas las prácticas de contratación ni empleado a menores, y que ahora estaba ayudando a los trabajadores a obtener representación legal.

Los registros públicos confirman que Glass House posee múltiples licencias para cultivar cannabis en California. El cultivo y la venta de cannabis con licencia son legales según la legislación estatal, pero la situación migratoria de los trabajadores agrícolas sigue siendo una zona gris legal, especialmente en una industria que, aunque regulada, a menudo depende de mano de obra indocumentada debido a una escasez sistémica de mano de obra.

La redada suscitó fuertes críticas de las autoridades locales y federales. El congresista Salud Carbajal, demócrata por California, dijo que se le denegó el acceso al lugar de la redada y más tarde se enteró de que diez trabajadores habían sido detenidos. Acusó al ICE de «atacar a los trabajadores agrícolas» y violar las normas básicas de transparencia.

El momento de la operación se suma a la controversia. Unas semanas antes, el gobierno federal había ordenado al ICE que dejara de realizar redadas en granjas, decisión que revirtió pocos días después.