El gobierno del presidente brasileño Lula se ha comprometido a regular el cultivo de cannabis con fines médicos, en particular para sustituir las importaciones de cannabis.
En la actualidad, el cultivo de cannabis sólo está permitido por orden judicial. En marzo, el Ministerio de Justicia ya había solicitado al Superior Tribunal de Justicia (STJ) que autorizara el cultivo en el país.
En su declaración, el ministerio subraya la importancia de una regulación completa y adecuada para la importación y el cultivo de cannabis con bajo contenido de THC para fines industriales, farmacéuticos y médicos.
En una entrevista con Folha, Marta Machado, Secretaria Nacional de Políticas sobre Drogas, dijo que la legalización del cultivo sería una de las prioridades en la agenda del Consejo Nacional de Políticas sobre Drogas (Conad). Este consejo está formado por miembros del Ministerio de Salud, de la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa), de la Policía Federal y de otras carteras.
Según Marta, el objetivo es discutir el mejor modelo de regulación posible para el país, con vistas a reducir el precio de los productos a base de cannabis. El poder judicial brasileño ya ha concedido más de 2.000 autorizaciones individuales para el cultivo de cannabis, con pocos controles detrás.
El secretario también señala que existen diferentes modelos de autorización, desde los dirigidos exclusivamente a la industria farmacéutica hasta los que reconocen a las asociaciones de cultivo. El Ministerio de Justicia y Seguridad Pública (Senad) no tiene un modelo predefinido, pero pretende discutir con todos los interesados un sistema prudente de regulación, inspección y control. El objetivo es evitar abusos y favorecer la producción local y la industria brasileña, que, según la propia secretaria, está bien situada para entrar en este mercado.
El cannabis medicinal debería ser una de las prioridades del gobierno brasileño. Una señal elocuente de ello es el nombramiento de personas vinculadas al sector en el Consejo de Desarrollo Económico, Social y Sostenible, conocido como «Conselhão».
Mientras el Gobierno debate esta cuestión, Anvisa también trabaja en nuevas normas para regular el cultivo de cannabis para investigación clínica.
Los datos de Anvisa muestran que en 2022 se concedieron 80.258 autorizaciones para la importación de productos que contienen cannabis, el doble que en 2021. Fueron 10.000 en 2019.
La segunda forma de obtener cannabis medicinal es a través de la Resolución 327, que autoriza la comercialización de productos a base de cannabis en farmacias, siempre y cuando la calidad, eficacia y seguridad de los productos sean evaluadas por la agencia reguladora antes de otorgar la autorización.
