En un intento por controlar la creciente disponibilidad de cannabinoides intoxicantes derivados del cáñamo, el gobernador de California, Gavin Newsom, dio a conocer recientemente una normativa de emergencia que podría alterar drásticamente el panorama de los productos de cáñamo en el estado.
La normativa se centra en los productos que contienen niveles detectables de THC e introduce restricciones destinadas a proteger la salud pública, especialmente la de niños y jóvenes. La propuesta está suscitando tanto apoyo como controversia, sobre todo entre los implicados en las industrias del cáñamo y el cannabis.
La normativa de emergencia del Sr. Newsom
La nueva normativa anunciada por el gobernador Newsom pretende prohibir los productos a base de cáñamo cáñamo que contengan cualquier «cantidad detectable» de THC, al tiempo que limita los productos derivados del cáñamo que no contengan THC a cinco raciones por envase y restringe la venta a mayores de 21 años. Las medidas pretenden combatir lo que Newsom describió como la «proliferación» de productos de cáñamo no regulados que podrían ser perjudiciales para los niños.
«No nos quedaremos de brazos cruzados mientras los narcotraficantes atacan a nuestros niños con peligrosos productos de cáñamo no regulados que contienen THC en nuestras tiendas minoristas», dijo Newsom en un comunicado de prensa.
También expresó su decepción por el hecho de que la industria no se haya regulado adecuadamente, señalando en particular que los productos intoxicantes se venden en lugares de fácil acceso, como gasolineras y tiendas de comestibles.
Perspectivas para la industria y la salud pública
La petición de un control más estricto de los productos de cáñamo con THC ha recibido el apoyo de varios responsables de salud pública, así como de la industria californiana del cannabis. Tomás Aragón, director del Departamento de Salud Pública de California (CDPH), afirmó que los productos derivados del cáñamo «pueden causar enfermedades y lesiones a los consumidores californianos».
Por su parte, el Departamento de Control del Cannabis (DCC), representado por su directora Nicole Elliott, dio la bienvenida a la regulación, señalando que se alinea con la intención original de las leyes de cannabis y cáñamo de California.
La California Cannabis Industry Association (CCIA) se hizo eco de esos sentimientos, con Laura Fogelman, miembro de la junta de la CCIA, calificando la regulación como una acción decisiva para proteger la salud pública. «Esta normativa de emergencia creará un mercado más seguro y transparente, al tiempo que protegerá a nuestros jóvenes y preservará la integridad del marco de legalización del cannabis en California y los importantes ingresos fiscales que de él se derivan», afirmó.
Sin embargo, a la industria del cáñamo le preocupa que esta normativa pueda ser demasiado estricta y restrinja inadvertidamente el acceso a productos beneficiosos, como los extractos completos con mayoría de CBD.
Por ejemplo, Dale Gieringer, director de California NORML, criticó las normas, argumentando que podrían perjudicar a los consumidores que dependen de extractos con alto contenido en CBD para tratar afecciones como la epilepsia infantil y el cáncer. Gieringer también señaló que incluso los productos farmacéuticos a base de CBD aprobados por la FDA, como Epidiolex, contienen trazas de THC, por lo que es casi imposible eliminar por completo el compuesto de los productos derivados del cáñamo.
Impacto en la industria del cáñamo
Varios actores del sector han expresado su preocupación por las graves consecuencias económicas que podría tener la nueva normativa. Adam Terry, cofundador de Cantrip, una empresa de bebidas con infusión de THC, sugirió que la normativa podría llevar al cierre de casi todas las ventas de productos de cáñamo en California, a excepción de los ofrecidos por operadores ilícitos. En un mensaje publicado en las redes sociales, el Sr. Terry afirmó que estas prohibiciones «no resuelven los problemas que dicen resolver, sino que los agravan».
Del mismo modo, Jonathan Miller, consejero general de la U.S. Hemp Roundtable, describió la normativa de emergencia como una «traición» a los cultivadores de cáñamo de California, las pequeñas empresas y los consumidores adultos. Advirtió que el 90-95% de los productos populares de cáñamo, incluidos los basados en CBD no tóxicos, quedarían prohibidos bajo las nuevas normas.
Protección de los niños y de la salud pública
Esta normativa de emergencia se debe en gran medida a la creciente preocupación por los riesgos potenciales para niños y adultos jóvenes de los productos derivados del cáñamo.
Los estudios han sugerido que los productos intoxicantes del cáñamo pueden tener un impacto negativo en el desarrollo cognitivo de los jóvenes, con un aumento de los ingresos hospitalarios entre los adolescentes vinculados a este tipo de productos. Las conclusiones del CDPH indican que incluso los cannabinoides no tóxicos, como el CBD, pueden perjudicar a los jóvenes debido al desarrollo de sus cerebros.
En respuesta, la normativa de emergencia establece una edad mínima de 21 años para la compra de productos de cáñamo, garantizando que los niños y los adultos jóvenes no tengan acceso a estos productos. El doctor Tomás Aragón destacó la importancia de esta medida, afirmando que la normativa es esencial para evitar «efectos negativos permanentes e irreparables en la salud» de los jóvenes.
Cubrir lagunas normativas
Un aspecto clave de la nueva normativa es cerrar las lagunas que los fabricantes han aprovechado para vender cannabinoides derivados del cáñamo intoxicantes, como el delta-8 THC.
La ley original AB 45, promulgada en 2021, limitaba el contenido de THC de los productos a base de cáñamo al 0,3%, pero algunos fabricantes han encontrado formas de sortear estas restricciones. Al prohibir cualquier cantidad detectable de THC, la normativa de emergencia pretende evitar que estos productos se cuelen por las rendijas de la regulación.
Nicole Elliott, directora del DCC, describió las normas de emergencia como «un paso esencial para garantizar que los productos comercializados cumplan con la intención original de la ley». Los funcionarios estatales también subrayaron la necesidad de una aplicación más estricta y de pruebas para garantizar el cumplimiento. Por ejemplo, los fabricantes tendrán que aportar documentación, como certificados de análisis de laboratorios independientes, para demostrar que sus productos cumplen los nuevos límites de THC.
Implicaciones futuras
La decisión de California de regular de forma más estricta los productos de cáñamo podría sentar un precedente para otros estados que se enfrentan a problemas similares. Los cannabinoides derivados del cáñamo, en particular los derivados del THC, han sido objeto de acalorados debates a nivel estatal y federal. El Congreso también está estudiando disposiciones para prohibir ciertos cannabinoides derivados del cáñamo, como el delta-8 THC, como parte de la Ley Agrícola de 2024.
En última instancia, aunque algunos consideran que las nuevas normativas de California son necesarias para proteger la salud pública y hacer cumplir las leyes sobre el cannabis, también han suscitado preocupación sobre el futuro de la industria del cáñamo. Equilibrar la necesidad de regulación con la demanda de productos no tóxicos derivados del cáñamo, como el CBD, será un reto importante en los próximos meses, tanto en California como en otros lugares.