En 2022, Tailandia saltó a los titulares de todo el mundo al eliminar el cannabis de su lista de estupefacientes. La decisión creó un importante vacío legal, lo que provocó un aumento de las actividades relacionadas con el cannabis en todo el país. Los dispensarios surgieron en casi todas las esquinas de Bangkok, y tanto turistas como lugareños tuvieron fácil acceso a ellos.
Empujados hacia la regulación médica
Sin embargo, el panorama de las leyes sobre el cannabis en Tailandia está, una vez más, a punto de cambiar drásticamente. Tras las elecciones generales de mayo de 2023, el nuevo gobierno, liderado por la primera ministra Srettha Thavisin, planea regular el cannabis. Un comité gubernamental ya ha votado a favor de reclasificar el cannabis y el cáñamo como «narcóticos de categoría 5», equiparándolos al kratom y las setas psicodélicas.
El ministro de Sanidad, Somsak Thepsutin, se ha opuesto firmemente al uso recreativo del cannabis, al que asocia con graves problemas como la adicción a la heroína, la depresión y el suicidio, una postura que muchos consideran anticuada y carente de base científica. A pesar de ello, la comisión reconoció por unanimidad las propiedades terapéuticas y medicinales del cannabis y acordó que debería utilizarse con fines médicos, no recreativos.
La opinión pública y la acción gubernamental
Una encuesta realizada por el Departamento de Sanidad mostró que una mayoría significativa, alrededor del 80% de las 111.201 personas encuestadas, apoyaba la reclasificación del cannabis a su antiguo estatus ilegal. Sin embargo, el plan encontró una oposición considerable. Un centenar de manifestantes se concentraron ante la residencia oficial del Primer Ministro, expresando su descontento y pidiendo un estudio en profundidad de los beneficios del cannabis. Prasitchai Nunual, de la Red Tailandesa para el Futuro del Cannabis, pidió que se creara un nuevo comité para establecer los hechos sobre el consumo de cannabis y su impacto en el país.
La decisión de reclasificación, que entrará en vigor el 1 de enero de 2025, ha causado preocupación entre los defensores del cannabis y los políticos. Anutin Charnvirakul, líder del Partido Bhumjaithai y ex ministro de Salud Pública, es un firme partidario de la legalización del cannabis. Se ha comprometido a oponerse a la reclasificación cuando se presente ante la Junta de Control de Estupefacientes (NCB), subrayando la necesidad de estabilidad política para mantener la confianza de los inversores.
Charnvirakul argumentó que los frecuentes cambios en la política sobre el cannabis podrían disuadir a los inversores y dañar las perspectivas económicas del país. Advirtió de que la recriminalización podría provocar inseguridad jurídica a quienes han invertido en la industria del cannabis y a quienes cultivan plantas de cannabis.
El Partido Bhumjaithai, que desempeñó un papel central en la legalización inicial del cannabis, sigue siendo un actor clave en este debate. La política insignia del partido en las elecciones generales de 2019 fue despenalizar el cannabis, una promesa que Charnvirakul cumplió cuando fue nombrado ministro de Salud Pública. Sin embargo, con su actual cargo como ministro del Interior, la influencia del partido en la política sanitaria ha disminuido, recayendo ahora en Thepsutin, del Partido Pheu Thai.
Charnvirakul ha dejado claro que si una remodelación del gabinete permitiera al partido Bhumjaithai recuperar el control del Ministerio de Salud Pública, trabajaría inmediatamente para eliminar el cannabis de la lista de estupefacientes. Su compromiso con esta causa pone de manifiesto las profundas divisiones políticas y la complejidad de la legislación sobre el cannabis en Tailandia.
A medida que Tailandia avanza hacia una nueva regulación del cannabis, quedan por resolver una serie de cuestiones clave, como el futuro de las empresas creadas hasta la fecha y de los cultivadores locales.
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