Dos estudios recientes llevados a cabo por dos empresas cannábicas nos recuerdan que el cannabis ilegal en Europa suele estar contaminado con sustancias peligrosas como pesticidas, mohos e incluso contaminantes cruzados de otras drogas.
Para los patrocinadores de los estudios, estos resultados subrayan la urgente necesidad de regular la producción de cannabis en todo el continente para proteger la salud pública.
Cannabis ilegal: un problema de salud pública
La investigación realizada por Curaleaf International y Sanity Group dibuja un panorama preocupante de la contaminación por cannabis en Europa.
En el Reino Unido, el último informe de Curaleaf, realizado en colaboración con la Universidad Metropolitana de Manchester, revela que el cannabis vendido en el mercado negro a menudo contiene moho, cannabinoides sintéticos y metales peligrosos como el plomo, lo que supone graves riesgos para la salud de los consumidores.
Curaleaf advierte de que este cannabis no regulado pone en peligro a los 1,8 millones de personas del Reino Unido que lo consumen para tratarse, principalmente afecciones como el dolor crónico y la ansiedad.
Del mismo modo, en Alemania, Sanity Group realizó un estudio en profundidad durante ocho meses, analizando más de 253 muestras tomadas en Alemania y Europa. De las muestras analizadas, sólo 74 resultaron seguras y libres de contaminantes.
Sin embargo, la mayoría estaban contaminadas con elementos peligrosos, como pesticidas, heces humanas y animales, bacterias como la salmonela e incluso restos de Covid-19. Más del 50% de las muestras contenían pesticidas prohibidos y el 60% estaban contaminadas con bacterias nocivas y heces. Esta contaminación cruzada suele deberse a prácticas de envasado poco higiénicas en el mercado ilícito.
Los resultados de Curaleaf también ponen de relieve los riesgos para la salud que plantea el cannabis vendido en el mercado negro. Señalan casos de problemas respiratorios, daños neurológicos y mayor vulnerabilidad a las infecciones entre los usuarios que consumen productos contaminados sin saberlo.
Sin embargo, a pesar de estos peligros, alrededor del 17% de los consumidores británicos sigue creyendo que el cannabis ilegal es tan seguro o más que los productos regulados, una idea errónea que alimenta el mercado ilícito y plantea graves riesgos para la salud pública.
Petición de un cannabis más seguro y regulado
A la luz de estos resultados, tanto Curaleaf como Sanity Group abogan por una mayor regulación y concienciación pública para combatir los riesgos para la salud asociados al cannabis ilícito.
Juan Martínez, director de Curaleaf Internacional, cree que el gobierno británico necesita adoptar un enfoque holístico, combinando una regulación más estricta de los canales ilegales con iniciativas de concienciación pública para informar a los consumidores sobre los beneficios del cannabis legal y regulado. Curaleaf también recomienda que se actualicen las políticas británicas para facilitar el acceso al cannabis medicinal, permitiendo a los pacientes obtener productos seguros y sujetos a prescripción médica en lugar de recurrir al mercado negro.
El fundador de Sanity Group , Finn A. Hänsel, se hace eco de este llamamiento a una reforma urgente en Alemania, donde el mercado negro sigue dominando el consumo de cannabis. La investigación de Hänsel pone de relieve no sólo la contaminación generalizada del cannabis en el mercado negro, sino también su contaminación cruzada con drogas ilegales como la cocaína, el MDMA y el cristal de metanfetamina.
Advierte de que estos resultados subrayan la necesidad de mercados de cannabis legales y regulados que puedan garantizar la calidad y seguridad del producto. Como señala el Sr. Hänsel, «no se pueden exagerar los riesgos para la salud asociados al consumo de cannabis en el mercado negro, desde pesticidas tóxicos hasta bacterias nocivas».
En 2019, un estudio español descubrió que el 75% del hachís madrileño estaba contaminado con bacterias fecales.
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