Productos y forma de consumo
¿Qué es el dabbing?
Durante cientos de años, los seres humanos han fumado las flores y hojas secas del cannabis desde una perspectiva médica o para animar su día. En la historia reciente del cannabis, digamos los últimos 20 años, el vapeo se ha convertido en algo asequible y cómodo para todos. De repente, los consumidores podían ingerir sus medicamentos sin quemarlos ni comerlos, evitando así los efectos negativos para la salud de la combustión.
Desde entonces, la legalización del cannabis se ha extendido por todo el mundo, creando una nueva industria y mercado comercial. Algunas empresas se han centrado en la creación de concentrados, que son extractos de cannabis despojados de la materia prima para crear un aceite pegajoso, un shatter rígido o una cera desmenuzable. Los concentrados, como su nombre indica, aportan una dosis elevada de THC o CBD (cannabidiol), según la variedad de cannabis y el proceso utilizado para su extracción.
Los concentrados no sólo son ultrapotentes, sino que también son muy caros, ya que oscilan entre 60 y 100 euros el gramo. Sin embargo, dada la calidad potencial de estos concentrados, el precio de estos brebajes exóticos no debería disuadir necesariamente a los consumidores de interesarse por ellos. Dado que una sola calada de estos concentrados puede aportar el mismo nivel de THC y otros cannabinoides que un porro entero, los concentrados aportan cierto valor añadido.
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Introducción al dabbing
El dabbing es simplemente un proceso de vaporización de una pequeña cantidad (un tercio de un guisante) de concentrado llamado dab, utilizando una combinación de bong y vaporizador llamada dab rig. Este bong especial tiene un receptáculo que, cuando se calienta a más de 300°, vaporiza la pequeña cantidad de concentrado, como BHO (aceite de hachís de butano), aceite de CO2 o una resina.
Como estos concentrados de cannabis pueden contener hasta un 95% de THC, esta práctica definitivamente no es para principiantes o para personas que no conocen su reacción al cannabis. Aunque el efecto causado por el concentrado depende de la variedad de cannabis utilizada, el consumo de concentrados debe descartarse para los pacientes médicos a los que no les gustan los efectos psicoactivos fuertes o que se ven afectados fácilmente por el cannabis.
El dabbing es especialmente eficaz para los pacientes médicos que buscan un alivio rápido del dolor o las náuseas, o para los usuarios recreativos que buscan un efecto psicoactivo inmediato con una potente euforia.
Técnicamente, el dabbing provoca menos efectos negativos para la salud que la combustión.
Flequillos de la mano de obra
Los flequillos no son para todo el mundo. ¿Por qué no? Simplemente porque el consumidor medio no está necesariamente acostumbrado a manejar un soplete para llevar el concentrado a la temperatura adecuada. La mayoría de los anillos de dab requieren un soplete para producir la temperatura necesaria para vaporizar el concentrado rápidamente. Hay muchos anillos de dab diferentes, en su mayoría fabricados por sopladores de vidrio o empresas especializadas que quieren destacar entre la multitud de marcas que entran en la floreciente industria del cannabis.
La primera generación de equipos de dab se llamaban sartenes, y consistían en una base que se calentaba, sobre la que se colocaba el concentrado. Los nuevos equipos de dab incorporan estructuras en forma de pipa que, cuando se calientan a la temperatura adecuada, vaporizan mejor los terpenos y los cannabinoides.
Las nuevas boquillas están hechas de materiales que pueden calentarse repetida y rápidamente, y volver a una temperatura normal sin agrietarse. Suelen ser de titanio, cristal, cerámica o cuarzo. Mientras que el titanio es el material más caro, el cuarzo ofrece la mejor resistencia a los cambios de temperatura, mientras que el cristal es el material más barato pero menos resistente.
Los entusiastas del dab siempre están debatiendo qué es mejor, si el cuarzo o el titanio. Al final, la mejor opción es bastante subjetiva y depende en gran medida del precio que el consumidor esté dispuesto a poner en su anillo de dab.
Diferentes boquillas
Algunos consumidores de dabs experimentales han empezado a utilizar piedras sanas en sus dabs. Se trata simplemente de un disco de piedra inerte, a veces llamado losa de vapeo, que puede soportar temperaturas altas y breves. Las rocas de este tipo son capaces de absorber el concentrado, que se funde casi inmediatamente después de ser calentado. Entonces la piedra se calienta y el concentrado se vaporiza dentro de la piedra, y puede ser inhalado por el usuario. El principal inconveniente de este método es la dificultad de lavar la piedra para eliminar los restos de concentrado.
Afortunadamente, para los que no quieren jugar con antorchas, algunos equipos de dab están equipados con un mecanismo de calentamiento eléctrico. La mayor ventaja es que puedes controlar fácilmente la temperatura y no sobrecalentar los concentrados. A menudo más caros, los e-nails, como se llaman, permiten liberar el máximo potencial de los concentrados, especialmente para los pacientes médicos.
Hay incluso vaporizadores-bolígrafo hechos para hacer dabbing. Este dispositivo está diseñado para soportar temperaturas extremas y producir un vapor que se puede inhalar.
Unas últimas palabras sobre los concentrados
Muchos concentrados se producen tras la extracción con butano. Los pacientes más sensibles pueden recurrir a concentrados producidos sin disolventes. Estos extractos no incluyen butano ni CO2 en su creación. La fiebre del oro verde también ha llevado a los propietarios de los dispensarios a centrarse en la producción «limpia».
El dabbing puede ser una forma eficaz para los pacientes que buscan un alivio rápido de sus síntomas, o para un enfoque recreativo potente, especialmente para los consumidores muy regulares que toleran grandes dosis de THC.
La llegada de muchas marcas en este segmento popularizará sin duda el uso del dabbing, con concentrados quizá más accesibles, tanto en potencia como en precio.