En los primeros tiempos del cannabis: las variedades autóctonas

Los más entendidos entre nosotros quizá ya conozcan las pocas variedades de cannabis que se clasifican como landrace: por ejemplo, Colombian Gold, Durban Poison oAfghan Kush.

Las cepas Landrace se refieren simplemente a un pequeño número de cepas de cannabis existentes que evolucionaron de forma natural en las regiones geográficas donde se descubrieron, limitándose la intervención humana a descartar las nuevas plantas que no se ajustaban a la especie original. Las variedades autóctonas proceden de regiones del mundo como Jamaica, Afganistán, India, África, México, Pakistán y América Central, y se cree que todas ellas se originaron en la región del Hindu Kush, entre Pakistán y Afganistán.

Muchos cultivadores creen que los mejores ejemplares de cannabis sativa crecen en las zonas más cercanas al ecuador, con cierta altitud. Así, las zonas montañosas como América Central, Oriente Medio, África e Indonesia son las más adecuadas para el cultivo de cannabis de alta calidad. No es casualidad que las variedades de cannabis autóctonas procedan de estas regiones. Por tanto, técnicamente, las razas autóctonas son cepas que se han estabilizado con el tiempo.

Las definiciones más amplias del término raza autóctona incluyen todas las cepas que no han sido especialmente creadas o manipuladas por el ser humano. Como estas variedades endémicas han crecido en regiones concretas, están precisamente aclimatadas a esas zonas y ofrecen cualidades medicinales únicas al hombre nativo de esas regiones. Como escribe Rick Pfrommer, Director de Educación delCentro de Salud Harborside, la mayor clínica de salud de EEUU

«Las variedades de Landrance no son necesariamente mejores, sólo son diferentes, y quizá más eficaces para determinadas afecciones o necesidades específicas de ciertos pacientes»

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Fuente de todas las variedades modernas

¿Cómo pudieron las razas autóctonas crear las variedades modernas de cannabis? En pocas palabras, son el origen de TODAS las cepas modernas. Los criadores cruzaron originalmente estas cepas para crear nuevas cepas con las mejores características de ambos progenitores. Algunas variedades heredan un tiempo de floración más corto, mientras que otras serán más resistentes al moho. Las variedades sativas, en particular, pueden ser más difíciles de cultivar y tener ciclos de floración especialmente largos, pero también pueden proporcionar efectos psicoactivos y médicos únicos que buscan muchos pacientes.

Uno se imagina que muchas variedades autóctonas simplemente han desaparecido. Los cruces interminables durante décadas en diferentes regiones del mundo han diluido la genética de estas plantas. Por ello, muchas variedades «puras» se han cruzado inevitablemente en algún momento. También pueden producirse mutaciones genéticas según las condiciones de cultivo.

En los últimos años, la mayoría de las variedades de cannabis se han criado para aumentar su potencia, especialmente en lo que respecta al THC, que es responsable de los efectos psicoactivos, pero también de los efectos medicinales para varias enfermedades. Pero recientemente, la comunidad de cultivadores se ha centrado en la creación de cepas que proporcionen los mayores efectos terapéuticos, a menudo muy alejados de sus bisabuelos landrace, pero más eficaces para dolencias concretas.

Comprender los fenotipos y las herencias

Cuando las semillas de las razas autóctonas se cultivan fuera de su área de distribución nativa, producen lo que los genetistas y criadores llaman fenotipos. Los fenotipos son transfiguraciones de una planta que dan lugar a características similares pero diferentes. Entre ellas se encuentran la morfología de la planta, el desarrollo (como la duración de los ciclos de floración) y las propiedades bioquímicas (la potencia y el perfil de los terpenos y los cannabinoides). Los fenotipos que son descendientes directos de las razas autóctonas, sin cruzarlas, se conocen como herencias (herederos en inglés).

Cuando las razas autóctonas se cultivan fuera de su región nativa, las plantas reciben ciclos de luz diferentes, a veces luz artificial, un suelo diferente y condiciones de humedad y riego cambiadas. Así, estas variedades se adaptan a su nuevo entorno y producen tricomas resinosos específicos con propiedades medicinales únicas. Mientras las razas autóctonas están en equilibrio con su entorno, las nuevas variedades evolucionan constantemente.

Variedades autóctonas

clásicas
En el pasado, las variedades autóctonas sativas eran rechazadas por los jardineros en favor de las índicas y los cruces que tenían períodos de floración más cortos, en parte porque eran menos rentables para el comercio. Con la reciente legalización del cannabis medicinal y recreativo en EE.UU., las variedades autóctonas sativas están de vuelta. Algunos ejemplos son landrace :

• Afghan Kush: una índica pura supuestamente originaria de las montañas del Hindu Kush, entre Pakistán y Afganistán
• G13: una variedad autóctona de Afganistán que se inclina hacia las índicas. Existen dos fenotipos de esta variedad, el segundo es más sativa
• Durban Poison: una sativa excepcionalmente potente procedente de la ciudad portuaria de Durban (Sudáfrica)
• Acapulco Gold: la famosa sativa de la región de Acapulco, en el suroeste de México, que generalmente tiene altos niveles de THC
• Colombian Gold: el legendario híbrido, a veces con predominio de sativa, originario de las montañas de Santa Marta en Colombia
• Hawaiana: un híbrido con predominio de sativa procedente de Hawai
• Malawi Gold: una sativa pura de la región de Salima en Malawi
• Tailandesa: una sativa tailandesa
• Panama Red: esta sativa de Panamá se hizo popular en los años 60 durante la época psicodélica