El pequeño partido político chipriota Volt ha reavivado el debate nacional sobre la legalización del cannabis en el país al desvelar una propuesta estructurada que pretende alinear a Chipre con el creciente número de países europeos que reforman sus políticas sobre drogas.
Presentado bajo cuatro pilares clave, el plan posiciona la legalización como una reforma moderna y responsable, basada en la ciencia y no en la ideología.
De la prohibición estricta al diálogo público
«Chipre tiene actualmente una de las legislaciones sobre cannabis más estrictas de la UE«, subraya Volt en su comunicado, señalando que criminalizar la posesión a pequeña escala es un factor que aumenta la carga de los tribunales, estigmatiza a los jóvenes y sostiene el mercado negro.
El partido sostiene que la regulación, en lugar de la represión, puede reforzar la cohesión social, proteger la salud pública y generar beneficios económicos tangibles, como ya han demostrado países como Alemania, Malta y Portugal.
Como explicó el copresidente del partido, Panos Loizou Parras, el objetivo no es sólo la legalización, sino también el lanzamiento de una consulta pública que podría allanar el camino para un debate político más amplio.
«El tema sale a menudo a la palestra, pero no llegamos a ninguna parte», afirmó. «Podemos controlar el consumo, la cantidad, la calidad, pero también la cadena de suministro, que hoy está en manos del crimen organizado y totalmente descontrolada»
Cuatro pilares para la reforma
La propuesta se basa en cuatro pilares interdependientes destinados a crear un marco coherente y sostenible.
- Sociedad y salud: Volt aboga por la destigmatización del cannabis medicinal, su integración en el sistema general de salud (GESY) y la adopción de un enfoque médico y no penal de la adicción. El plan hace hincapié en los controles de calidad sanitaria y en el tratamiento de la adicción por parte de los servicios sanitarios, no de las fuerzas del orden.
- Por último, el Gobierno de España ha aprobado un plan de lucha contra el cannabis medicinal
- Economía y desarrollo: Según Volt, la legalización crearía cientos de puestos de trabajo y atraería inversiones en agricultura, investigación y turismo relacionado con el cannabis. El partido calcula que los ingresos fiscales podrían alcanzar decenas de millones de euros al año, mientras que el sector médico y farmacéutico podría pasar a la exportación, ayudando a Chipre a diversificar su economía.
- Legalización del cannabis
- Medio ambiente: La propuesta también destaca el potencial medioambiental del cannabis industrial, describiéndolo como una alternativa sostenible para la producción de textiles, papel y biocombustibles. Según Volt, el cultivo de cannabis puede contribuir al secuestro de CO₂ y a la restauración del suelo, alineándose con los objetivos más amplios de transición verde de la UE.
- Justicia y juventud: El cuarto pilar se centra en reducir las sanciones penales por delitos menores y promover la educación y la prevención en lugar del castigo. Volt insiste en que los recursos policiales y judiciales deben dirigirse a la delincuencia organizada y no a los pequeños consumidores. «Necesitamos cortar todo contacto con el crimen organizado«, dijo Parras, quien añadió que la regulación aportaría mayor control y seguridad, de forma similar a como se gestiona el alcohol o el tabaco.
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Chipre sigue siendo uno de los seis países de la UE que no han despenalizado total o parcialmente el cannabis, aunque permite su uso medicinal desde 2019.
En este contexto, Volt cree que Chipre va por detrás de la tendencia europea. «Estamos privando a la gente del acceso a una planta que puede tratar el dolor crónico y otras afecciones», ha afirmado Parras, subrayando que la legalización no solo apoyaría a los pacientes, sino que también debilitaría el crimen organizado y crearía nuevas oportunidades económicas.
Hacia un debate nacional
Por ahora, la iniciativa de Volt está aún en fase de consulta, pero ya ha reavivado el debate entre las instituciones políticas y sanitarias. El partido llama a ciudadanos, organizaciones y responsables políticos a sumarse al debate para diseñar un marco «que proteja a los ciudadanos, reduzca la delincuencia, apoye la salud pública y promueva el desarrollo».
Como concluye Volt en su comunicado, «ha llegado el momento de establecer un marco regulador realista que se base en el control efectivo del mercado paralelo y sirva a los intereses de los ciudadanos y el progreso».