Ciertos fitocannabinoides menores resultan prometedores contra el Parkinson y el Alzheimer, según un estudio

Los estudios recientes sobre el cannabis se centran cada vez más en cannabinoides distintos del THC y el CBD.

Una nueva revisión de estudios muestra ahora que fitocannabinoides menos conocidos como CBG (cannabigerol), THCV (tetrahidrocannabivarina), CBDV (cannabidivarina) y CBN (cannabinol), resultan muy prometedores para tratar una amplia gama de trastornos neurológicos.

Desde la enfermedad de Parkinson y el Alzheimer hasta la epilepsia y la esclerosis múltiple, estos compuestos están revelando su potencial terapéutico gracias a sus efectos antioxidantes, antiinflamatorios y neuromoduladores.

Nuevo interés por los fitocannabinoides menores

Históricamente, la conversación sobre el cannabis ha estado dominada por el THC y el CBD debido a su abundancia en la planta y a sus efectos ampliamente estudiados. Sin embargo, un creciente número de investigaciones se centra ahora en los beneficios terapéuticos de los cannabinoides menores, compuestos presentes en concentraciones más bajas en la planta de cannabis pero con un potencial médico significativo.

Según un reciente estudio científico realizado por investigadores del Instituto Nathan Kline de Investigación Psiquiátrica, cannabinoides menos conocidos como CBG, CBDV y THCV podrían desempeñar un papel clave en la neuroprotección.

El estudio, publicado en Preprints.org, analizó cómo estos cannabinoides podrían ayudar a controlar enfermedades como el Alzheimer, el Parkinson, la enfermedad de Huntington y la epilepsia. Los investigadores descubrieron que estos compuestos presentan funciones neuroprotectoras gracias a su capacidad para reducir el estrés oxidativo, disminuir la inflamación y modular el sistema inmunitario.

«Sus efectos antioxidantes, antiinflamatorios y neuromoduladores los convierten en agentes prometedores en el tratamiento de trastornos neurodegenerativos», señala el informe, que destaca el potencial sin explotar de estos fitocannabinoides menores no psicotrópicos. El estudio destaca que, a pesar de la amplia investigación sobre los efectos neuroprotectores del THC, los cannabinoides menores permanecen en gran medida inexplorados.

Prometedoras aplicaciones terapéuticas para enfermedades neurodegenerativas

El potencial terapéutico de estos cannabinoides menos conocidos va mucho más allá del simple tratamiento de los síntomas; también son prometedores para prevenir o ralentizar la progresión de enfermedades neurodegenerativas.

La enfermedad de Parkinson, por ejemplo, se caracteriza por la pérdida progresiva de neuronas dopaminérgicas en el cerebro, lo que provoca una disfunción motora. La investigación indica que la CBG tiene efectos neuroprotectores que podrían ralentizar el deterioro de estas neuronas, lo que permite albergar esperanzas de tratamientos más eficaces contra el Parkinson.

Del mismo modo, el THCV y el CBDV se han mostrado prometedores para controlar la progresión del Alzheimer, una enfermedad que afecta a millones de personas en todo el mundo. Estos cannabinoides parecen reducir la inflamación en el cerebro y combatir la acumulación de placas beta amiloides, un factor clave en la patología del Alzheimer. Por lo tanto, son complementos o alternativas potenciales a los tratamientos tradicionales para la enfermedad de Alzheimer, que a menudo tienen una eficacia limitada y van acompañados de importantes efectos secundarios.

El Centro para la Investigación de la Demencia del Instituto Nathan Kline se muestra optimista sobre el potencial terapéutico de estos cannabinoides menos estudiados. En su informe, los autores subrayan que la investigación sobre los efectos del cannabis debería extenderse más allá del CBD.

«El potencial terapéutico del Cannabis se extiende mucho más allá del ampliamente estudiado CBD, abarcando una diversa gama de fitocannabinoides menos conocidos que se muestran prometedores en el tratamiento de una variedad de trastornos neurológicos», señala el informe.

Cannabinoides para la epilepsia y otros trastornos neurológicos

La epilepsia es otra área en la que los cannabinoides menores son prometedores desde el punto de vista terapéutico. El CBD ya ha sido noticia por su eficacia en el tratamiento de formas raras de epilepsia, como el síndrome de Dravet y el síndrome de Lennox-Gastaut, pero estudios recientes indican que el CBDV también podría tener beneficios.

el CBDV comparte muchas de las propiedades antiepilépticas del CBD, pero podría interactuar con diferentes vías cerebrales, ofreciendo una nueva vía de tratamiento.

De hecho, un estudio independiente demostró que los pacientes que utilizaban extractos enteros de CBD, frente a productos de CBD purificados, tenían menos efectos secundarios adversos y mejores resultados generales de salud. Este hallazgo ya puso de relieve la importancia de tener en cuenta el efecto entorno – la relación sinérgica entre cannabinoides, terpenos y otros compuestos de la planta de cannabis.

El efecto séquito: revelando todo el potencial terapéutico del cannabis

Uno de los hallazgos clave de la reciente oleada de investigaciones sobre los componentes del cannabis es el concepto del efecto séquito. Este fenómeno se produce cuando múltiples cannabinoides, terpenos y flavonoides actúan juntos para crear efectos terapéuticos que superan lo que un compuesto individual puede lograr por sí solo. Como se publicó en el International Journal of Molecular Sciences a principios de este año, «la planta de Cannabis exhibe un efecto denominado efecto séquito, en el que las acciones combinadas de terpenos y fitocannabinoides producen efectos que superan la suma de sus contribuciones por separado».

Aunque los terpenos se han considerado durante mucho tiempo los responsables del aroma distintivo de las variedades de cannabis, sus posibles efectos médicos son cada vez más claros. Estudios recientes sugieren que los terpenos pueden tener propiedades analgésicas, antiinflamatorias y ansiolíticas, aumentando la eficacia de los cannabinoides en el tratamiento de afecciones como el dolor crónico y la ansiedad.

Por ejemplo, un estudio financiado con fondos federales publicado en mayo descubrió que los terpenos pueden ser eficaces en el tratamiento del dolor neuropático crónico. Cuando se utilizan, los terpenos producen una reducción de los marcadores del dolor similar a la de la morfina, pero sin los efectos secundarios adictivos o disfóricos típicamente asociados a los opioides. Los terpenos son, por tanto, alternativas potenciales a los tratamientos basados en opioides, cuya dependencia y abuso se han generalizado.

Cannabinoides y cáncer: un área de interés creciente

Además de sus propiedades neuroprotectoras y antiinflamatorias, los cannabinoides menores también están siendo estudiados por sus potenciales efectos anticancerígenos. Un estudio publicado en la revista BioFactors examinó el impacto de CBG, CBN, CBC y CBDV en el mieloma múltiple (MM), un tipo de cáncer de la sangre.

Los investigadores descubrieron que estos cannabinoides tenían efectos citotóxicos en líneas celulares de MM, siendo el CBN especialmente prometedor en modelos preclínicos de ratón. «En conjunto, nuestros resultados sugieren que CBG, CBC, CBN y CBDV pueden ser prometedores agentes anticancerígenos para el MM», concluye el estudio, destacando su capacidad para inhibir la invasión de células cancerosas en tejido óseo.