Para combatir los perfiles raciales en Francia, varias organizaciones internacionales y nacionales presentaron el jueves 11 de abril una denuncia ante la ONU para hacer frente a la discriminación sistémica en los controles de identidad.
La iniciativa, liderada por Amnistía Internacional, Human Rights Watch y asociaciones locales como Maison communautaire pour un développement solidaire, Pazapas y Reaji, pretende llamar la atención sobre el omnipresente problema de las prácticas discriminatorias que se ceban desproporcionadamente en las personas por su raza o apariencia.
En busca de reparación internacional
La denuncia, presentada ante el Comité de las Naciones Unidas para la Eliminación de la Discriminación Racial (CERD), se produce después de haber agotado las vías legales nacionales. Myriame Matari, abogada que representa a varias de las asociaciones denunciantes, explica la necesidad de la intervención internacional: «Perseguimos a nivel internacional lo que no se ha podido hacer a nivel nacional».
El catalizador de esta acción tiene su origen en la decisión del Consejo de Estado de octubre de 2023, que reconoció la existencia de los perfiles raciales pero no los abordó como un problema sistémico que requiere soluciones concretas y globales.
Como señaló Lanna Hollo, especialista en derecho internacional que participó en la denuncia, «la ley obliga a los Estados a tomar todas las medidas necesarias para prevenir la discriminación racial, acabar con ella y proteger a las víctimas».Los peticionarios subrayan que no basta con reconocer la discriminación, sino que hay que aplicar medidas efectivas para erradicarla.
Prácticas discriminatorias recurrentes
La denuncia pone de manifiesto la alarmante realidad de los controles policiales discriminatorios en Francia, especialmente en barrios marginales. Basándose en las conclusiones del Defensor de los derechos y de sociólogos, las asociaciones destacan la persistencia de los controles faciales, una práctica denunciada desde hace tiempo por las poblaciones afectadas. Este sentimiento es compartido por Tendayi Achiume, antiguo relator especial de la ONU, que ha denunciado la negación del racismo sistémico por parte de las autoridades francesas, afirmando que la negación perpetúa la discriminación.
Las asociaciones quieren que el gobierno francés tome medidas concretas para cumplir las normas internacionales de derechos humanos. La Sra. Matari subraya que el objetivo no es sólo castigar la discriminación, sino también prevenir, detectar y tratar eficazmente la discriminación racial en Francia. Este sentimiento se refleja en la petición de medidas urgentes y concretas para eliminar las prácticas discriminatorias y garantizar una protección real a las personas afectadas.
Históricamente, la guerra contra las drogas se dirige de forma desproporcionada contra las comunidades minoritarias. Esta aplicación selectiva de la ley, basada tanto en el racismo sistémico como revelada a través de las prácticas de detención y cacheo, contribuye a elevar las tasas de detención y encarcelamiento, así como a endurecer las penas por delitos relacionados con las drogas entre las personas de color.
Revisión internacional e implicaciones futuras
Tras incidentes como la trágica muerte de Nahel Merzouk y los disturbios posteriores, el Comité de la ONU para la Eliminación de la Discriminación Racial expresó su profunda preocupación por la persistencia de los perfiles raciales y el uso excesivo de la fuerza por parte de las fuerzas del orden. En respuesta, Francia rebatió estas afirmaciones, ilustrando el difícil diálogo que rodea a estas cuestiones.
Aunque una decisión de las Naciones Unidas puede tardar varios años, no hay que subestimar la importancia de una sentencia internacional. Matari considera que una posible condena de la ONU es un paso crucial para responsabilizar a Francia y exigir medidas adecuadas para combatir eficazmente la discriminación racial.
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