El Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos (HHS) ha recomendado oficialmente que el cannabis pase de la Lista I a la Lista III de la Lista de Control de Estupefacientes, un hecho histórico que confirma, entre otras cosas, que la principal agencia sanitaria estadounidense ya no considera que el cannabis sea una droga con un alto potencial de abuso y sin valor médico.
¿Qué son estas Listas?
En Estados Unidos, los fármacos, sustancias y ciertos productos químicos utilizados para fabricar medicamentos se clasifican en 5 categorías o Anexos distintos en función del uso médico aceptable del medicamento y de su potencial de abuso o dependencia.
El nivel de abuso es un factor determinante en la clasificación de la droga; por ejemplo, las drogas de la Lista I tienen un alto potencial de abuso y de crear una dependencia psicológica y/o física grave. El potencial de abuso disminuye con cada Lista. Las drogas de la Lista V tienen el potencial de abuso más bajo.
Las drogas, sustancias o productos químicos de la Lista I se definen como drogas cuyo uso médico no está actualmente reconocido y que tienen un alto potencial de abuso. Las sustancias de la Lista I incluyen la heroína, la dietilamida del ácido lisérgico (LSD), el cannabis, la 3,4-metilendioximetanfetamina (éxtasis), la metacualona y el peyote.
La Lista III incluye sustancias con un potencial de dependencia física y psicológica de moderado a bajo. El potencial de abuso de las drogas de la Lista III es menor que el de las drogas de las Listas I y II, pero mayor que el de las drogas de la Lista IV. Entre las drogas de la Lista III: productos que contienen menos de 90 miligramos de codeína por unidad de dosis (Tylenol con codeína), ketamina, esteroides anabolizantes, testosterona…
¿De dónde viene esta solicitud de reclasificación?
El HHS realizó un estudio científico sobre el cannabis de acuerdo con una directiva del presidente Joe Biden el año pasado.
Ahora comunica a la Drug Enforcement Administration (DEA), la agencia estadounidense reguladora de las drogas, que considera que el cannabis debería incluirse en la Lista III de la Ley de Sustancias Controladas (CSA). La recomendación no es vinculante y la DEA tiene la última palabra, pero el análisis científico, combinado con el creciente apoyo político a la reforma del cannabis, podría impulsar a la DEA a realizar el cambio.
«Sobre la base de los datos y la ciencia, el HHS respondió rápidamente a la directiva del presidente Biden al secretario del HHS Xavier Becerra y proporcionó su recomendación de programación de cannabis a la DEA el 29 de agosto de 2023», dijo un portavoz del HHS a Marijuana Moment el miércoles. «Este proceso administrativo se completó en menos de 11 meses, lo que refleja la colaboración y el liderazgo de este departamento para garantizar que se completara y compartiera rápidamente una evaluación científica exhaustiva.»
¿Qué repercusiones tendrá en EE.UU.
?
Como sustancia de la Lista III, el cannabis seguiría estando prohibido a nivel federal. Sin embargo, esta reclasificación tendría importantes consecuencias para los investigadores que critican desde hace tiempo la clasificación en la Lista I, que crea importantes barreras de acceso a los estudios.
Trasladar el cannabis a la Lista III también abriría oportunidades fiscales para la industria del cannabis que actualmente no están disponibles. El artículo 280E del Código de Rentas Internas prohíbe de hecho a los contribuyentes que se dedican al tráfico de determinadas sustancias controladas -como se considera el comercio de cannabis a nivel federal- deducir los gastos empresariales habituales o los créditos no relacionados con el coste de los bienes vendidos (COGS) relacionados con estas actividades.
Desde el punto de vista político, trasladar el cannabis de la Lista I a la Lista III permitiría al presidente Joe Biden decir que ayudó a lograr una reforma importante, al facilitar una revisión administrativa que podría conducir a la reclasificación más de 50 años después de que el cannabis fuera colocado en la categoría más restrictiva cuando el gobierno federal lanzó la guerra contra las drogas.
También podría reforzar el impulso del Congreso para seguir reformando las leyes federales sobre el cannabis. Cuando los legisladores regresen del receso de agosto y sigan intentando adoptar legislación cannabi-bancarias, podrán citar la recomendación del HHS como prueba de la urgencia de normalizar la industria.
¿Qué impacto tendrá en otros lugares?
Más allá del ejemplo obvio de una reclasificación del cannabis en el país que lanzó y alimentó la prohibición mundial de las drogas, el sistema internacional de control de drogas podría verse afectado.
Las Convenciones de las Naciones Unidas, que clasifican las drogas con un sistema de Listas similar al de Estados Unidos, ya han visto propuestas para reclasificar el cannabis en categorías más acordes con la ciencia y la realidad de los usos – y de hecho ya lo han reclasificado para reconocer su uso médico. Ante la posibilidad de que pase a formar parte de una Lista más permisiva que facilite sus usos terapéuticos, o incluso recreativos, en todo el mundo…
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