El francés Tom Félix, condenado a muerte por cannabis en Malasia

Tom Félix, francés de 32 años residente en Malasia, se encuentra actualmente inmerso en una terrible batalla legal. Detenido el 9 de agosto de 2023 en Langkawi (Malasia), la policía encontró unos gramos de cannabis en el piso que compartía. El comienzo de una pesadilla.

Detención y acusaciones

Tom Félix fue detenido por las autoridades malasias tras encontrar cannabis en las zonas comunes del piso que compartía con otras personas. Las estrictas leyes antidroga de Malasia son notorias y conllevan severas penas, incluida la pena de muerte pero ya no de forma rutinaria, por tráfico de drogas. La familia de Tom está convencida de que es inocente y de que simplemente estaba en el lugar equivocado en el momento equivocado.

Los padres de Tom, Sylvie y Jean-Luc Félix, profesores expatriados en Singapur, recibieron una angustiosa llamada telefónica de su hijo poco después de su detención. Tom, presa del pánico, les instó a ponerse en contacto con la embajada francesa y obtener representación legal. Aunque mantiene su inocencia, Tom se enfrenta a una dura espera hasta su juicio, previsto para junio de 2025.

Defensa de la familia e implicación diplomática

La familia Félix ha expresado sus preocupaciones, incluyendo la inadecuada representación legal y las condiciones en las que Tom está detenido. Sylvie y Jean-Luc Félix describen los procedimientos judiciales como opacos, con lo que ellos llaman «audiencias farsa» que no dan lugar a ningún progreso.

Sus intentos de obtener el apoyo de las autoridades francesas se han topado con un compromiso limitado. Los diplomáticos franceses se han mostrado reacios a intervenir con demasiada agresividad, alegando posibles acusaciones de injerencia en el proceso judicial de Malasia.

Sin embargo, la situación de Tom Félix en prisión es alarmante. Los informes indican que está confinado en condiciones de hacinamiento, compartiendo celda con otros 20 ó 40 reclusos. Su salud se ha deteriorado considerablemente; ha perdido peso, padece sarna y heridas infectadas, y se dice que está en medio de una epidemia de tuberculosis.

Sylvie Félix expresó su profunda preocupación por las condiciones inhumanas, en particular la falta de higiene y los frecuentes abusos físicos por parte de los guardias de la prisión. A pesar de enviar dinero para ayudar a Tom a conseguir los medicamentos y alimentos que necesita, los esfuerzos de la familia por aliviar su sufrimiento se ven limitados por las terribles circunstancias.

Discrepancias legales y defensa pública

Las incoherencias en el proceso judicial han agravado la angustia de la familia de Tom. Los informes iniciales hablaban de una pequeña cantidad de cannabis, pero las cifras han aumentado drásticamente desde entonces hasta 1,8 kilos. Esta discrepancia, junto con la admisión por parte de uno de los compañeros de piso de Tom de que las drogas le pertenecían, plantea dudas sobre la equidad del trato dado a Tom.

En respuesta a esta situación, los amigos de Tom han creado la asociación «Free Tom» para sensibilizar a la opinión pública y recaudar fondos para su defensa legal y los costes asociados.

Mientras Tom espera el juicio, su familia sigue luchando por que se haga justicia. Están decididos a garantizar que su caso recibe la atención que merece y que se respetan sus derechos durante todo el proceso judicial. La comunidad internacional, especialmente la vinculada a la defensa de los derechos humanos, sigue de cerca la evolución de este complejo y preocupante caso.