El Gobierno británico ha introducido importantes cambios en la normativa que regula el cultivo de cáñamo industrial, con el objetivo de facilitar el crecimiento del sector y fomentar la inversión.
Mayores oportunidades para los agricultores
Los cambios en las normas de autorización del cáñamo están llamados a transformar el panorama del cultivo de cáñamo en el Reino Unido. Según la Guía del Agricultor, las revisiones aumentarán la validez de las licencias de cáñamo a seis años, ofreciendo a los agricultores una mayor estabilidad y oportunidades de planificación a más largo plazo. Además, los solicitantes tendrán la opción de aplazar el inicio del cultivo hasta un año, lo que permitirá a los nuevos operadores prepararse adecuadamente para entrar en el mercado del cáñamo.
Un cambio notable es la flexibilidad otorgada a los agricultores con licencia en cuanto a dónde pueden cultivar cáñamo. Antes restringido a parcelas específicas, ahora los agricultores pueden incorporar el cáñamo a sus estrategias de rotación de cultivos en todas sus explotaciones autorizadas. Este cambio no sólo ofrece flexibilidad operativa, sino que también pretende impulsar el potencial del cáñamo industrial como cultivo sostenible y versátil para la agricultura del Reino Unido.
El Secretario de Estado de Alimentación, Mark Spencer, destaca el potencial del cáñamo para desbloquear nuevas fuentes de ingresos y desarrollar la bioeconomía sin comprometer la producción de alimentos. Jamie Burrows, de la National Farmers Union, se hace eco de esta opinión y señala que el cáñamo es un cultivo sostenible que contribuye al secuestro de carbono y requiere unos insumos mínimos en comparación con cultivos tradicionales como la colza.
Apoyo normativo y crecimiento del sector
Los cambios han recibido el apoyo de varios partidos, entre ellos el Sindicato Nacional de Agricultores, que ve en el cultivo de cáñamo una forma de diversificar las actividades agrícolas en un contexto de crecientes dificultades para los cultivos tradicionales. La iniciativa del Gobierno forma parte de los esfuerzos por reducir las cargas reglamentarias, lo que facilitará el crecimiento del cultivo de cáñamo y las industrias relacionadas.
De cara al futuro, el gobierno británico ha manifestado su voluntad de reevaluar el umbral de THC permitido en el cáñamo industrial. Pidiendo consejo al Consejo Asesor sobre el Uso Indebido de Drogas, sería posible elevar el límite de THC del 0,2% al 0,3%, lo que lo equipararía a los estándares internacionales. No obstante, el Gobierno mantiene una postura firme frente a la actividad ilícita del cannabis, subrayando la importancia de la seguridad pública y la aplicación de la ley.