Pablo Iglesias, el líder de Podemos, vuelve a pronunci arse a favor de la legalización del cannabis con fines recreativos. Ya se había referido a Uruguay y ahora utiliza el ejemplo de Canadá, el primer país del G7 en legalizar el uso y la comercialización del cannabis, para apoyar su posición.
La posición progresista de Pablo Iglesias
Según él, la prohibición es absurda, ya que el cannabis «no es más peligroso que el alcohol o el tabaco» y podría reportar «enormes beneficios» que ayudarían a financiar los servicios públicos. Le gustaría hacer de España, con su clima favorable para el cultivo, un líder mundial en la industria del cannabis.
En una entrevista con la cafetera de Radiocable.com, denunció una forma de hipocresía política que presenta el cannabis como un problema de salud pública cuando, según él, el principal problema es de seguridad y tiene que ver con la delincuencia y el tráfico ilegal. También señala una hipocresía sobre la altura moral en torno al cannabis: «es más digno exportar cannabis y obtener así ingresos para mejorar la sanidad y los servicios públicos que exportar armas».
Resumen de posiciones
Jorge Moruno, miembro del Consejo Ciudadano del Estado, el órgano de decisión de Podemos, se une a Pablo Iglesias en este punto a pesar de sus diferencias políticas en otros ámbitos. Propone convertir a España en uno de los principales proveedores de Canadá con una denominación de origen como la del vino.
El mes anterior, el parlamento de la Comunidad Autónoma Valenciana había pedido al gobierno, a través de una proposición no de ley votada por 68 a 28 en el pleno, la legalización controlada del cannabis. La iniciativa partió de un grupo de partidos entre los que se encontraban el PSOE, Compromís y Podemos, a los que posteriormente se unió Ciudadanos. El PP, sin embargo, se opuso. El texto se centraba principalmente en la regulación del uso terapéutico del cannabis y preveía la creación de una comisión que estudiaría los aspectos jurídicos y técnicos del acceso al cannabis.
El nuevo presidente del gobierno, Pedro Sánchez, interrogado sobre el tema tras su elección, declaró que no tenía una posición definida sobre la cuestión, al tiempo que recordaba que «el espíritu de la izquierda» era generalmente contrario a la prohibición. Sin embargo, parece más abierto al debate que su predecesor más conservador, Mariano Rajoy. A continuación, la entrevista con el nuevo presidente (en español).