Juan Manuel Rodríguez Gantes se ha convertido en la primera persona en España en hacer pública su solicitud para que la Agencia Española del Medicamento le conceda el permiso para cultivar cannabis para uso médico. Es tetrapléjico desde hace 30 años, ya que un accidente mortal a los 19 años le obligó a sentarse en una silla de ruedas.
Desde entonces, «ha tenido dolor todo el tiempo, las 24 horas del día. Excepto cuando fumo cannabis» El cannabis actúa sobre su «estrés» y le relaja, como dijo en una entrevista con El Mundo.
Juan Manuel ha hecho pública su solicitud a la Agencia Española del Medicamento. En él pide permiso para cultivar él mismo cannabis con fines medicinales. «Si lo consigo, sería un alivio para mí, pero también una puerta abierta para otros pacientes que encuentren en el cannabis una cura para el dolor»
Juanma vive desde hace años en un centro de atención a discapacitados físicos. Ahora hace este llamamiento debido a los diversos problemas que ha tenido con la policía por poseer cannabis y ser acusado de tráfico de drogas, aunque aclara que consume «marihuana para el dolor y sólo para mí»
Así que la policía fue a su centro, «registró mi habitación y se llevó 80 porros que tenía desde hace varios meses y que un niño había enrollado para mí, porque, obviamente, no puedo. No soy un traficante, soy un usuario terapéutico»
España y el cannabis
Aunque España es conocida por sus Clubes Sociales de Cannabis, el cannabis recreativo sigue estando prohibido, al igual que el cannabis medicinal.
Sin embargo, existe una excepción para los fines terapéuticos, ya que «España se rige por una ley de 1967, por tanto preconstitucional, que establece que todo consumo es ilegal si no está autorizado por la Agencia Española del Medicamento. La gente no lo sabe, pero la ley considera que incluso el consumo en casa es ilegal, lo que implica un juicio moral. Y un Estado de Derecho no puede perseguir la moral», según el especialista en derecho penal y salud pública Héctor Brotons.
No obstante, España ha concedido autorizaciones a 10 empresas para cultivar cannabis «con fines de investigación» y a ocho para «la producción y fabricación de sus productos con fines médicos y científicos». Pero ningún individuo ha recibido oficialmente luz verde para cultivar su propio cannabis.
Héctor Brotons espera «que la Agencia conceda el permiso porque la Constitución y los Derechos Humanos nos dan la razón. Además de todos los países que lo han hecho antes, la ONU reconoció las propiedades terapéuticas del cannabis el pasado diciembre. Se trata de una cuestión de derecho a la salud y de derecho a la libertad personal. El hecho de que una persona que ha encontrado ayuda y alivio del dolor y la depresión en el cannabis sea perseguida por la ley es aberrante.