A finales de octubre, el gobierno japonés aprobó varias enmiendas a su ley sobre el control del cannabis:
1. Cannabis con fines médicos: Epidiolex se integrará en el sistema médico japonés y se pondrá a disposición de los niños que lo necesiten. Es poco probable que el Sativex y el Marinol progresen, ya que contienen THC, pues el gobierno japonés sigue siendo muy contrario al THC
2. Cambio en la regulación de los cannabinoides distintos del THC: La regulación japonesa de los cannabinoides pasará de una regulación «basada en partes» de la planta, que sólo permitía productos/ingredientes del tallo y la semilla, a una regulación basada en ingredientes. La conclusión es que el CBD extraído de la flor, las hojas o la resina puede importarse legalmente a Japón, siempre que el producto no contenga THC. Delta-8 / Delta-9 / HHC / THCV y análogos seguirán siendo ilegales.
3. Consumo y delito: Actualmente, la legislación japonesa establece que la «posesión» y el «cultivo» de cannabis son delitos. El consumo no lo es. Con la nueva propuesta, en teoría, un análisis de orina podría demostrar el «consumo» de cannabis. Sin embargo, la aplicación práctica de esta ley podría ser diferente de lo que pretende el texto inicial.
4. Promoción del cultivo de cáñamo en Japón: El gobierno japonés está dispuesto a establecer un marco para promover el cultivo de cáñamo en Japón. Lo más probable es que los productos finales sean semillas/fibras.
¿Qué impacto tendrán estas enmiendas?
Aunque el comercio de CBD está muy extendido en Japón, las restricciones en torno a la ausencia total de THC limitan mucho el mercado, que no puede escapar de los neocannabinoides sintéticos. Con las últimas decisiones del gobierno japonés, el mercado del CBD y los cannabinoides naturales está llamado a crecer significativamente. Los principales minoristas, medios de comunicación e industrias auxiliares aceptarán productos basados en el CBD.
Sin embargo, Japón será mucho más duro con los análogos D8/D9/THC y menos con el CBD.
El regreso del cáñamo en Japón
Mientras el gobierno japonés toma medidas para la industria japonesa del cáñamo, los cultivadores de cáñamo no se hicieron esperar, tal y como informa The Japan News.
La prefectura japonesa de Tochigi, especialmente conocida por el cultivo de cáñamo, ha experimentado un descenso significativo en el número de cultivadores de cáñamo, pasando de un máximo de 6.000 a sólo 12 en la actualidad. La mayoría de los cultivadores que quedan tienen entre 60 y 70 años.
Yoshinori Omori, un cultivador de cáñamo de 44 años perteneciente a una familia que lleva cultivando cáñamo desde hace varias generaciones, expresó a The Japon News su preocupación por la posible desaparición de cultivadores de cáñamo en Japón. Para solucionar este problema, Omori está trabajando en la creación de nuevos productos a base de cáñamo para atraer a las generaciones más jóvenes al sector, con el objetivo de ampliar el uso del cáñamo en diversas aplicaciones como el papel, los materiales de construcción y los envases.
Mientras tanto, en la prefectura de Mie, la ciudad de Meiwa ha expresado su interés por convertirse en un centro de cultivo de cáñamo. Aunque en el pasado ha suministrado cáñamo al santuario local de Ise Jingu, la ciudad ya no cuenta con cultivadores de cáñamo. Por ello, el Ayuntamiento de Meiwa, la Universidad de Mie y los agricultores locales han colaborado en un proyecto de cultivo de cáñamo, plantándolo en una parcela de 6.000 metros cuadrados.
Shingo Matsumoto, ejecutivo de la empresa agrícola Iseasa, dirigió el proyecto, subrayando que el cáñamo es una tradición japonesa.
Hitoshi Nitta, profesor de la Universidad de Kogakkan, subrayó la importancia de los esfuerzos del gobierno para preservar la historia del cáñamo en el país, difundiendo conocimientos precisos y eliminando los prejuicios y malentendidos que rodean al cáñamo cultivado por los titulares de licencias.
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