En Filipinas, los comités conjuntos sobre drogas peligrosas y salud de la Cámara de Representantes han aprobado un proyecto de ley que allana el camino para el uso médico y controlado del cannabis, al tiempo que mantiene una estricta normativa para evitar abusos.
Robert Ace Barbers, el representante provincial de Surigao del Norte que defendió el proyecto de ley, lo resumió diciendo que no despenaliza el cannabis por completo, sino que allana el camino para su aplicación médica en el marco de la legislación vigente sobre estupefacientes.
Señala que «esta ley [propuesta] sólo concede una excepción a la lista de drogas prohibidas por la Ley de la República 9165, limitándola al uso médico».
Una de las principales disposiciones del proyecto de ley es la creación de una Oficina de Cannabis Medicinal (MCO) dependiente del Departamento de Salud. Este organismo regulador supervisará la acreditación de los profesionales sanitarios y garantizará el cumplimiento de rigurosos protocolos de autorización.
El Sr. Barbers confirma el carácter meticuloso del proceso de acreditación, subrayando la necesidad de una formación exhaustiva y el cumplimiento de criterios rigurosos. Estas medidas son imprescindibles para mantener la integridad de la práctica médica y evitar la explotación del cannabis con fines no médicos.
Además, el proyecto de ley prevé sanciones severas para quienes intenten manipular el sistema en beneficio propio. Falsificar una enfermedad o una receta para obtener cannabis acarrea graves consecuencias, incluidas multas sustanciales y penas de prisión.
Al eliminar la necesidad de un permiso especial por razones humanitarias, el proyecto de ley pretende reducir los obstáculos burocráticos y acelerar la tramitación para quienes reúnan los requisitos. Barbers afirma que «una vez que el proyecto de ley propuesto se convierta en ley, ya no será necesaria la expedición de un CSP».
Este enfoque simplificado debería mejorar la atención a los pacientes y aumentar la confianza en la eficacia del cannabis medicinal, según el diputado.
El proyecto de ley se basa en un compromiso con la evidencia empírica y la atención centrada en el paciente. El Sr. Barbers explica el imperativo de la validación empírica: «Tenemos que permitir que este producto [gane terreno] para poder comprobar si realmente funciona». Y dar prioridad a los resultados de los pacientes y a la investigación científica por encima de las limitaciones ideológicas.
You must be logged in to post a comment Login