España inicia el proceso de legalización del cannabis medicinal

El Ministerio de Sanidad español ha iniciado el proceso de elaboración de un Real Decreto para legalizar el uso del cannabis con fines médicos.

La normativa propuesta se centra en normas rigurosas respaldadas por la investigación científica. Según el secretario de Estado, Javier Padilla, el planteamiento del Ministerio se basa en las recomendaciones de diversas partes interesadas, entre ellas el Observatorio Europeo del Consumo y Cultivo de Cannabis (OECCC), asociaciones profesionales y sociedades científicas. El proyecto lleva gestándose desde hace varios años.

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Como se indica en el proyecto de decreto, el texto dará prioridad a la seguridad de los pacientes y a la calidad del producto. Pretende establecer marcos legales para los preparados de cannabis estandarizados que hayan demostrado aliviar el dolor y el sufrimiento, dando preferencia a la administración oral -en otras palabras, aceites- para una eficacia terapéutica y una seguridad óptimas.

Además, el marco reglamentario está concebido para evolucionar de forma dinámica, teniendo en cuenta los nuevos conocimientos y la experiencia adquirida gracias a las investigaciones en curso y los resultados obtenidos de los pacientes.

La participación activa de la sociedad civil es un aspecto notable del proceso regulador. Los ciudadanos españoles tienen la oportunidad de aportar sus opiniones e ideas al proceso de elaboración a través de una consulta pública abierta en la página web del Ministerio.

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Asociaciones médicas, sociedades de cuidados paliativos, especialistas en el tratamiento del dolor y otras partes interesadas han expresado su aprobación, lo que subraya el amplio consenso sobre la necesidad de una regulación exhaustiva del cannabis medicinal en España.

El avance de España hacia la regulación del cannabis medicinal refleja la evolución de otros países europeos y organismos internacionales. Países como Portugal, Alemania y Noruega ya han establecido marcos regulatorios para el cannabis medicinal, reconociendo su potencial terapéutico. Además, el respaldo de autoridades sanitarias mundiales como la Organización Mundial de la Salud y las Naciones Unidas confirma la legitimidad de estos esfuerzos reguladores.

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