Preguntado por el Observatorio Español del Cannabis Medicinal, el Ministro de Sanidad español cortó el debate diciendo que el cannabis no era un medicamento. Con más matices, el Ministerio de Sanidad español respondió por escrito a una pregunta de los diputados de Ciudadanos sobre la posible regulación del cannabis medicinal diciendo que no había pruebas suficientes de su eficacia terapéutica. El gobierno sugirió que se remitiría a la opinión de la OMS sobre el asunto.
La «falta de pruebas»
En su respuesta, el Ministerio de Sanidad se remite a los resultados de la 40ª reunión del comité, publicados el pasado mes de junio, con un fuerte énfasis en los efectos adversos notificados: alteraciones motoras y cognitivas, taquicardia, ansiedad, depresión, psicosis, alteración del desarrollo de los cerebros jóvenes y adicción. Sin embargo, para los miembros del Observatorio Español del Cannabis Medicinal, el Ministerio está confundiendo claramente el cannabis recreativo y el medicinal.
«Cuando observamos los posibles efectos secundarios que mencionan, efectos secundarios que el cannabis y los cannabinoides tienen como cualquier otro medicamento (especialmente los psicotrópicos), vemos que estos efectos se producen mayoritariamente por el cannabis fumado (una vía de administración que no se recomienda sin terapia) y en consumidores recreativos (no en un contexto terapéutico controlado)», explica Manual Guzmán, catedrático de bioquímica de la Universidad de Madrid y miembro de la OECM.
El Ministerio de Sanidad también cita el estudio americano de la Academia Americana de Ingeniería y Ciencias Médicas, The health effects of cannabis and cannabinoids the current State. Este estudio ofrece una visión general del estado actual de los conocimientos sobre el cannabis medicinal y afirma que existen pruebas concluyentes de su eficacia contra el dolor crónico, los efectos adversos de los tratamientos oncológicos y la pérdida de espasticidad en la esclerosis múltiple. Irónicamente, cuando el Ministerio cita el estudio, omite por completo estas conclusiones y se limita a destacar que los investigadores piden más investigación.
Por último, el Ministerio afirma que «la eficacia y la seguridad de las terapias con cannabis se están estudiando actualmente en todo el mundo». Hace referencia a laevaluación crítica del potencial terapéutico del cannabis realizada por la OMS y su Comité de Expertos en Farmacodependencia y precisa en su respuesta que es «necesario esperar sus conclusiones y la posición adoptada antes de tomar las decisiones pertinentes a nivel nacional». Sin embargo, poco después de esta respuesta, la OMS publicó sus recomendaciones. Estos reconocen el potencial terapéutico del cannabis y recomiendan su reclasificación en los tratados internacionales para permitir su uso medicinal. Esta noticia no obliga al gobierno español a cambiar su legislación, pero le deja sin argumentos.
La situación actual del cannabis medicinal en España
Algunos medicamentos con cannabis ya están autorizados en España. Este es el caso de Epidiolex y Sativex de GW Pharmaceuticals , así como de las importaciones excepcionales de nabilona y dronabinol. Sin embargo, el acceso a estos fármacos es muy limitado y muchos pacientes recurren al CBD disponible en el mercado. La OECM ha pedido al gobierno que regule el CBD tras realizar un estudio que demuestra que el contenido de CBD en las etiquetas de algunas marcas no se corresponde con el contenido real de los productos.
La producción de cannabis medicinal en España está autorizada en menor medida y sólo con fines de investigación y exportación. Por el momento, sólo se producen 4,03 hectáreas en Andalucía, Cataluña, Murcia y Valencia. El Ministerio de Sanidad sólo ha concedido licencias de producción a seis empresas (160 solicitadas), entre ellas Phytoplant, CIJA Preservation, S.L., DJT Plants Spain y Alcaliber. Esta última es líder en la producción mundial de opioides y era propiedad en un 60% del magnate farmacéutico y multimillonario Juan Abello y en un 40% de Sanofi Aventis, y fue vendida a un fondo británico en 2018, GHO. Juan Abello ha vuelto al cannabis a través de Linneo Health, propiedad de GHO (que posee la licencia de producción de cannabis de Alcaliber) y de Abello.
En el Congreso de los Diputados español están pendientes dos iniciativas parlamentarias para la regulación del cannabis. Uno es de Podemos y pretende legalizar el cannabis por completo, el otro es de Ciudadanos y pretende legalizar el cannabis medicinal. Impulsadas por un ideal de democracia directa, estas dos formaciones políticas relativamente jóvenes tenían la ambición de renovar la escena política española dominada por el Partido Popular y el Partido Socialista. Es significativo que estén en el origen de las propuestas progresistas, mientras que los partidos tradicionales parecen estancados en una forma de conservadurismo. Según una reciente encuesta, el 84% de los ciudadanos españoles está a favor de la legalización del cannabis medicinal.