La legalización del cannabis en Massachusetts ha llevado a un número creciente de personas a experimentar con el cannabis y sus derivados. Por desgracia, esta experimentación a veces puede ir acompañada de efectos secundarios inesperados y desagradables, como un efecto demasiado fuerte, ansiedad o paranoia.
Un dúo de madre e hijo de Boston ha desarrollado una posible solución llamada «Soft Landing». Eli Stoloff, recién licenciado por la Universidad de Cornell, describe el producto como un comestible inverso: a diferencia de los comestibles tradicionales, que colocan a los consumidores, Soft Landing los vuelve a bajar.
Stoloff explica que, mientras estudiaba en Cornell, escuchó historias de estudiantes que consumían comestibles y no tenían forma de salir rápidamente del estado de euforia en el que se encontraban. Los edibles, incluidos los alimentos con infusión de cannabis como los dulces o el infame pastel espacial, tardan entre 30 minutos y 2 horas en hacer efecto y pueden pulular su influencia hasta 4 horas, dejando a algunas personas asombradas por lo mucho que tardan en colocarse o perdidas por el regreso que no llega.
Una chocolatina para volver a bajar
Stoloff y su madre, Alice Stone, han creado así una chocolatina que permite a los consumidores de cannabis controlar mejor su estado de euforia. Stone, una empresaria especializada en métodos curativos alternativos, se topó con un artículo de una revista médica en el que se describía una molécula natural que se encuentra en varias hierbas y especias y que podría, por ejemplo ser similar al efecto de la pimienta negra en los colocones un poco demasiado fuertes, conocidos por revertir los efectos del THC.
«Tras muchos intentos y ajustes, hemos llegado a la fórmula final que suministra eficazmente la máxima cantidad de esta molécula», dijo Stoloff a CBS News Boston.
Para validar su producto, realizaron una encuesta médica sobre Soft Landing, según la cual el 80% de los encuestados lo calificaron de «eficaz» o «muy eficaz».
Sean Hope, entrevistado por CBS News Boston, se convirtió en inversor tras probar él mismo el chocolate. Dijo que se sintió equilibrado y experimentó efectos inmediatos. Concluyó que funcionaba.
Stoloff y Stone están convencidos de haber descubierto la fórmula del éxito. Stoloff afirma: «Creo que tenemos un producto ganador y que juntos podemos conseguir grandes cosas».
Soft Landing está a punto de entrar en el mercado de Massachusetts y busca activamente inversiones adicionales para aumentar la producción.
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