Antigua y Barbuda se ha convertido en uno de los primeros países del Caribe en permitir a los rastafaris cultivar y consumir cannabis para uso sacramental.
Los rastafaris llevan años presionando para que se legalice el cannabis en el país. En 2021, los seguidores «pedían una mayor relajación para acabar con la persecución y garantizar la libertad de culto».
Durante décadas, muchos rastafaris han sido encarcelados y sometidos a perfiles raciales y religiosos por parte de las fuerzas del orden debido a su consumo de cannabis. Las autoridades de Antigua y Barbuda, una nación insular con poco más de 90.000 habitantes, han intentado rectificar la situación.
«Ahora somos más libres», declaró Ras Tashi, miembro de la Fundación Ras Freeman para la Unificación de los Rastafaris, citado por la Associated Press.
Este cambio en la ley se produce cinco años después de la despenalización del cannabis por parte de Antigua y Barbuda. También podría provocar un efecto dominó en el Caribe, donde otras comunidades rastafaris intentan hacer valer sus derechos.
Associated Press informó la semana pasada de que «los rastafaris están presionando en otros lugares para obtener protecciones religiosas similares» y que algunos «creen que la ley de Antigua y Barbuda podría impulsar esos esfuerzos en todo el mundo, en un momento en que la opinión pública y la política siguen cambiando a favor del uso médico y recreativo del cannabis».
Con la nueva ley, el gobierno de Antigua y Barbuda permite a los «no creyentes» cultivar cuatro plantas de cannabis cada uno y poseer hasta 15 gramos.
«Creemos en dar a todos un lugar en la mesa, independientemente de su religión», declaró el primer ministro de Antigua y Barbuda, Gaston Browne.
«Al igual que hemos reconocido otras religiones, es absolutamente importante que nos aseguremos de que la fe rastafari también sea reconocida… para reconocer su derecho constitucional al culto y al uso del cannabis como sacramento».
«Nos enorgullecemos de ser un gobierno integrador y creemos que debemos dar a todos un lugar en la mesa de negociaciones, sea cual sea su religión, confesión o fe», explicó Gaston Browne.
«El movimiento rastafari predica el amor fraternal. Y me refiero a la pureza de la religión. Sabemos que hay gente que se autodenomina rastafari, pero que no practica necesariamente los valores rastafaris. Pero si nos atenemos estrictamente a los valores rastafaris, podemos ver que aboga por el amor fraternal y la buena salud; incluso su dieta, basada en plantas, puede ser beneficiosa para toda la humanidad», declaró Browne.