Australia se ha convertido en el primer país del mundo en legalizar el uso de psicodélicos para tratar determinados trastornos mentales. Según la nueva normativa, que entró en vigor el 1 de julio, los psiquiatras australianos autorizados pueden recetar MDMA para el trastorno de estrés postraumático (TEPT) y psilocibina para la depresión que se ha resistido a otros tratamientos.
Aunque Australia es el primer país del mundo que regula el uso médico de los psicodélicos, se están llevando a cabo numerosos ensayos clínicos en Estados Unidos, en Canadá y en Israel.
Según el Dr. Mike Musker, investigador en salud mental de la Universidad de Australia Meridional, el uso de psicodélicos se vigilará de cerca y no se limitará a «tomar una pastilla y listo».
Describiendo la medida como un «cambio de paradigma», dijo a la AFP que, en el caso de la MDMA, por ejemplo, el paciente probablemente recibiría tres tratamientos en un periodo de cinco a ocho semanas. Cada tratamiento duraría unas ocho horas, y el terapeuta permanecería con el paciente durante todo el tratamiento.
Sin embargo, los pacientes no deben esperar una cura milagrosa.
«He leído historias de personas que han tenido lo que se llaman malos viajes, o que han revivido sus traumas, así que hay que tener mucho cuidado», afirma el Dr. Musker.
La Administración Australiana de Productos Terapéuticos (TGA) clasificó la MDMA y la psilocibina en febrero para que puedan utilizarse con fines terapéuticos.
Declaró las sustancias «relativamente seguras» cuando se utilizan en un «entorno médicamente controlado» para pacientes «que sufren trastornos mentales graves». Por lo demás, la MDMA y la psilocibina son ilegales en Australia.
La TGA reconoce que existen incógnitas y pruebas no concluyentes, pero afirma que «hay indicios prometedores» de que el uso terapéutico controlado de las drogas puede mejorar la salud mental de algunas personas y que los «beneficios para algunos pacientes… superan los riesgos».
El organismo regulador señala que actualmente no hay productos aprobados que contengan MDMA o psilocibina. Sin embargo, la reclasificación significa que los psiquiatras podrán acceder a ciertos medicamentos que contienen estas sustancias y dispensarlos legalmente, aunque no se haya evaluado su seguridad y eficacia.