Canadá se dispone a explorar un nuevo sistema de impuestos especiales para las empresas de cannabis el próximo año, como parte de los esfuerzos largamente esperados para «reducir la burocracia»
En su «Declaración económica de otoño de 2024», publicada esta semana, el Gobierno federal anunció nuevos planes para «explorar una transición de los sellos de impuestos especiales sobre el cannabis específicos de cada provincia y territorio a un sello único y nacional».
El sistema actual obliga a los cultivadores a navegar por 13 sellos de impuestos especiales provinciales y territoriales distintos, un quebradero de cabeza logístico que, según los líderes del sector, crea importantes costes y cargas administrativas.
El impuesto especial canadiense sobre el cannabis, que asciende a 1 dólar por gramo o al 10% del precio de venta del productor (el que sea más alto), ha sido durante mucho tiempo el talón de Aquiles de la industria del cannabis para uso adulto, lo que ha provocado cierta persistencia ilícita y una creciente tendencia de los productores canadienses a vender sus productos en el extranjero para aumentar sus beneficios.
Esto también ha provocado un enorme retraso en los pagos, con informes que sugieren que a mediados de 2023 se debían unos 200 millones de dólares a la Agencia Tributaria de Canadá (CRA) en concepto de impuestos especiales.
Como Business of Cannabis informó en marzo, el Comité Permanente de Finanzas de la Cámara de los Comunes de Canadá ha recomendado un cambio en el impuesto especial.
El comité propuso que el impuesto se limitara al 10% «ad valorem», un porcentaje del precio al por mayor del producto del cannabis.
Unas semanas más tarde, el Gobierno publicó el esperado informe final sobresu revisión de la Ley del Cannabis, que contenía 54 recomendaciones sobre cómo mejorar el mercado de consumo para adultos en el país, entre ellas la modificación del tipo del impuesto especial.
Sin embargo, en abril, las esperanzas de un alivio fiscal para la industria canadiense del cannabis se desvanecieron cuando el presupuesto federal de 2024 reveló que no se modificarían los impuestos especiales.
Por lo tanto, los indicios de que podría haber una reforma el año que viene, con la declaración económica que sugiere que «se ofrecerán más detalles en el presupuesto de 2025» (previsto para febrero), son muy buenas noticias para las empresas canadienses.
Aunque el sello armonizado se considera un avance positivo, no aborda las preocupaciones más generales de la industria sobre el propio tipo del impuesto especial federal. Los productores afirman que la elevada carga fiscal, combinada con los costes operativos, amenazan la viabilidad de las empresas legales, en particular los pequeños y microproductores.
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