La planta y sus compuestos
¿Qué es el THCV?
El THCV o tetrahidrocannabivarina es un cannabinoide que ofrece otros efectos además de los ya conocidos THC y CBD.
Su fórmula molecular es bastante similar a la de su primo el THC, y los dos compuestos se unen a los receptores CB1 de nuestro sistema endocannabinoide. Combinados, proporcionan efectos que suelen encontrarse en las variedades de cannabis sativa.
El efecto psicoactivo del THCV
Actúa un poco como el mango, facilitando el acceso del THC a los receptores CB1. Aumenta la sensación de euforia del THC durante la mitad de su tiempo de acción, lo que aporta la sensación de subida y bajada rápida cuando se metaboliza. Se encuentra en la cepa Sativa porque proporciona un subidón más energético y eufórico que las cepas con bajos niveles de THCV. Se cree que es la causa del «subidón» más lento que proporcionan estas cepas. También bloquea dos notorios efectos negativos del THC: la pérdida inmediata de memoria y el aumento del flujo sanguíneo.
Un futuro medicinal prometedor
La investigación se centra en los efectos medicinales del THCV. Además de tratar la obesidad, se cree que ayuda a regular los niveles de insulina y de azúcar en sangre en los diabéticos. GW Pharmaceuticals ya ha iniciado tratamientos contra la obesidad basados en el cannabis con un alto contenido de THCV. El laboratorio también comercializa tratamientos antiinflamatorios y anticonvulsivos con estas variedades.
Además, hay una serie de posibilidades interesantes, como la reducción de los ataques de ansiedad debidos a los síndromes de estrés postraumático. También se están realizando ensayos para tratamientos contra la enfermedad de Alzeihemer y el Parkinson, sobre todo para reducir los temblores. Todavía no está claro si reduce los trastornos psicóticos que conducen a la aparición de la esquizofrenia. Algunos investigadores lo consideran un estimulante del desarrollo óseo, que podría ser eficaz en el tratamiento de la osteoporosis
Los científicos trabajan ahora para aislar el THCV de su primo el THC. Esto permitiría a los pacientes obtener tratamientos casi similares, pero sin los efectos psicoactivos.